Varias instalaciones utilizadas durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro se encuentran en estado deplorable según un informe del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU).
Piscinas en los parques de Río 2016 con heces de roedores, bombas de agua en proceso de deterioro, promesas de siembras de 12 mil árboles que jamás salieron del papel y abandono de las instalaciones, son algunos de los «legados olímpicos».
Trascendió que la auditoría fue realizada por el TCU como plan de contingencia para evitar la degradación de las instalaciones olímpicas y hallar un plan efectivo de destino para ellas a un año de la finalización de los Juegos.
También se incluyeron determinaciones y recomendaciones a la AGLO (Autoridad de Gobernanza del Legado Olímpico), al ayuntamiento de Río de Janeiro y al mando del ejército.
Entre los apuntes del informe de 48 páginas se cita que las piscinas del Complejo de Deodoro «contienen lodo en el fondo y en los bordes, además de suciedad, pequeños insectos, arañas y coliformes fecales de capibaras».
En similar estado de depauperación está la pista de BMX que «se encuentra abandonada empezando a aparentar aspectos de degradación, con signosde irregularidades y desgaste natural por estar exporto a sol, lluvia y viento sin ningún tipo de mantenimiento específico».
El informe describe que es necesario tomar acciones preventivas capaces de controlar la actual situación de emergencia, minimizar las consecuencias negativas, como desuso y abandono, lo antes posible.
Un relator del TCU menciona además que hubo «abandono precoz del Comité Río 2016» a las construcciones olímpicas.
Otro punto bastante abordado fue en cuanto al prometido y festejado Bosque de los Atletas, que jamás se convirtió en realidad. «La plantación de 12 mil semillas en cartuchos de tierra en el parque, por ahora, está apenas en la memoria de las bellas imágenes de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos, cuando fueron sembradas por los atletas».
La iniciativa se ha convertido en un verdadero problema, ya que, según el informe, el ayuntamiento de Río dijo que correspondía al Comité Río 2016, que a su vez rechazó que dicha propuesta estuviera prevista en el pliego de condiciones «pues no se firmó ningún tipo compromiso específico «.
La promesa hecha al Comité Olímpico Internacional era que se plantaran 24 millones de semillas para compensar el impacto ambiental causado por los Juegos Olímpicos. Sin embargo, casi un año después de los Juegos ni siquiera las 100 semillas plantadas en la apertura y el paisajismo natural del parque sobreviven. «Sufren con la falta de irrigación y mantenimiento», refiere el informe.
«Se resalta que la tónica de Juegos sostenibles fue implementada con éxito en la ceremonia de apertura. Al menos 2,5 mil millones de personas, alrededor del mundo, asistieron a esta transmisión, la mayor audiencia registrada en la historia del evento.
El TCU determina que sean levantados en hasta 60 días providencias para levantar los costos incurridos con vicios de construcción y con daños en las arenas olímpicas del Complejo de la Barra de Tijuca y Deodoro y de eventual abandono de las instalaciones por parte del Comité Río 2016. Eso debe, si procede, necesitar medidas judiciales, dice el Tribunal.
Se exige además que, en 90 días, el Parque Radical y todos sus equipamientos tengan un destino, dando publicidad a la sociedad brasileña de la solución que se adopte. Sobre los árboles jamás plantados, se solicita un plan de acción para la efectiva ejecución de la plantación del Bosque y Bosque de los Atletas.
Para completar, el TCU cita corte de 35 millones de reales en el presupuesto que puede inviabilizar el pago de gastos básicos de los complejos olímpicos, como agua y luz.
AGLO, a su vez, describió un costo de 45 millones anuales de reales, a cargo del gobierno federal, para la gestión de las instalaciones del Parque Olímpico de Barra da Tijuca. Para minimizar los costos, el órgano dice intentar programar un calendario de eventos y competiciones.