close

Cañadas amenazan la salud niños en barrios Simonico y El Caliche

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

Enfermedades, plagas, agua mal oliente, basuras en todos los rincones y las frecuentes inundaciones de las viviendas, es el ambiente con el cual deben lidiar todos los días los residentes de los barrios Simonico y El Caliche, en Villa Duarte, Santo Domingo Este.

Además, de estas precariedades, son víctimas de la delincuencia, escena de violencia, traficó de drogas, atracos y robos que se realizan a cualquier hora, sin importar que sea de día o de noche.

Aunque estos sucesos se han convertido en su diario vivir, los residentes de estos barrios no logran adaptarse a esta condición, porque, con el paso del tiempo, la violencia se hace más evidente, mientras el apoyo de las autoridades es mínimo o no existe.

Estos sectores fueron levantados en un terreno ondulado, donde abundan las cañadas, que los hacen vulnerables a inundaciones en tiempo de lluvias.

Las viviendas están construidas a orilla de las cañadas y en reservorio de las aguas que corren desde las partes más altas, la cual se desparrama por los estrechos callejones, para luego penetrar a las casas, que son inundas por las riadas que a su pasos arrastran grandes cantidades de basuras y desperdicios que son arrojados por los mismos vecinos.

El hacinamiento, evidenciado por la estrechez de los callejones y la proximidad de las viviendas, convierte los residentes de los sectores Simonico y El Caliche en presa fácil de enfermedades, que, generalmente, atacan a niños y ancianos.

La basura dejada al aire libre en los callejones es espacio de reproducción de ratones, cucarachas, moscas, mosquitos y otras alimañas que luego entran a las viviendas, contaminan sus alimentos y pican los niños.

Esta situación, junto a la calidad del agua que consumen y el hedor que emanan las cañadas, son las principales fuentes de enfermedades como diarrea, vómito, gripe y afecciones en la piel.

En la cañada, también son descargadas las letrinas de las viviendas construidas en sus orillas, lo que pone aun en más peligros la salud de estos habitantes y que, mayormente, se deteriora en niños y ancianos.

Algunos tramos de estas corrientes de aguas han sido saneados y cubiertos con bloques de cemento, los filtrantes fueron dejados para el desagüe y permanecen atiborrado de desperdicios que son dejados por las mismas gentes.

La obstrucción de los filtros impide que, en tiempo de lluvias, las aguas puedan correr con normalidad, provoca que se desborden por los callejones y penetren a los hogares.

Gran parte de las viviendas están provistas de muros para evitar el acceso del aguas negras, pero la mayoría son anegadas, pese a las previsiones de sus propietarios.

Los más afectados con las inundaciones son los residentes en los callejones Oviedo y El 12 de la calle Felicidad, de Simonico.
Situado a metros del Faro a Colón y muy cerca del centro del municipio, estos sectores están olvidados por las autoridades que sólo se interesan en ellos en tiempo de elecciones.

La señora María Peralta y Austria de la Paz, quienes llevan más de diez años residiendo en el lugar, explicaron que cada vez que llueve todo el lugar se inunda y tienen que levantar, hasta el techo, las camas y otros ajuares para que el agua no se los dañe.

Para ellas, la parte más molesta es el hedor que despiden las agua negras de las cañadas, la acumulación de basuras y la abundante plaga que llegan hasta sus viviendas, sobre todo ratones y cucarachas.

Llamaron al síndico del municipio Santo Domingo Este, Juan de Los Santos, para que vaya en su auxilio y ayude a sanear las cañadas, que es lo que más les afectas.

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page