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Hechos de sangre siguen estremeciendo Casa de Campo

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Tres encapuchados burlaron recientemente la seguridad del complejo turístico Casa de Campo y llegaron hasta la villa número 34 en Punta Águila, donde dejaron por muerto a su dueño, el ciudadano francés Roland Fardeux, cargando con prendas, dinero en efectivo y otras pertenencias.

Es el más reciente acto de violencia que desnuda una vez más la vulnerabilidad frente a la delincuencia de ese complejo turístico, considerado el más grande del Caribe, ubicado en la provincia de La Romana, al Este de la capital dominicana.

Casa de Campo se torna cada día que pasa más insegura para los turistas, empresarios y los grandes artistas, que por costumbre visitan La Romana; por las muertes, atracos, secuestros y otros hechos delictivos que la han estremecido en los últimos meses.

El francés Roland Fardeux, quien reside en París, y en invierno acostumbra descansar en su villa de Casa de Campo en la República Dominicana, fue dejado por muerto con varios impactos de bala en distintas partes de su cuerpo, según fuentes.

Fardeux salvó la vida milagrosamente, pero se desconoce en que centro asistencial se encuentra recluido, ya que es una política de las autoridades policiales y los ejecutivos de Casa de Campo no hacer público estos hechos delincuenciales, para no ahuyentar a los turistas y potenciales inversionistas.

Asimismo, el pasado lunes fue asesinado en su villa de Casa de Campo el ciudadano italiano, Pierluigi María Luigiu Lucibello Piani, de 70 años de edad.

El extranjero fue encontrado con diversas heridas de arma blanca. De la muerte, las autoridades acusan a los haitianos Anes Petit y Adonis García, que según testigos trabajaban para el italiano.

Se informó que tras cometer el hecho, los individuos se llevaron del lugar la jeepeta blanca, marca Grand Cherokee, placa G001602, prendas preciosas y otros objetos de valor.

Todavía está latente el crimen ocurrió en el 2008, cuando un ex empleado del Restaurante Peperoni, acompañado de un menor de edad, asaltó La Marina de Casa de Campo y cargaron con una caja fuerte de un astillero, donde reparan los botes.

La mujer asesinada, identificada como Neroliza Moreno Mañaná, y que conocía a los asaltantes, fue encañonada con un arma robada, luego la violaron y más tarde, le dieron dos balazos en el pecho, dejando su cuerpo abandonado en la carretera La Romana-San Pedro de Macorís.

Moreno Mañaná laboraba en una farmacia justo al lado del Restaurante Peperoni, en cuyo lugar también trabajaba uno de sus verdugos. Los ladrones igualmente amordazaron al argentino Álvaro Dacuña y despojaron a un guardia de seguridad del arma de fuego con que cometieron el crimen.

Igualmente, en el 2008, desconocidos sustrajeron del parqueo de la Marina de Casa de Campo varias armas del automóvil propiedad de la esposa del general Hernández Adón, de la Policía Nacional.

El robo se produjo violentando las puertas del automóvil cuando la familia permanecía en un famoso restaurante del lugar.

En días anteriores, varios vehículos estacionados en el campo de polo de Casa de Campo fueron abiertos con violencia. Los delincuentes se llevaron objetos de valor y armas que se encontraban en los vehículos.

Además, se recuerda que en el 2007, el ingeniero Miguel Subero Domenech fue amordazado por tres hombres, en su villa de Casa de Campo, secuestrado y dejado abandonado en la carretera de San Pedro de Macorís, donde le dieron dos balazos y se llevaron su lujosa jeepeta marca Lexus.

Según las informaciones los delincuentes encañonaron y raptaron al ingeniero Subero Doménech, le quitaron US$6 mil, posteriormente lo hirieron de varios balazos y lo dejaron abandonado en un cañaveral del batey Cacata, en Guaymate.

Subero Doménech recibió dos balazos, uno que le rozó el cráneo y el otro le penetró por el cuello y se le alojó en la clavícula derecha.

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