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Heroico municipio de Guayubín marcado por el olvido

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Guayubín, Montecristi.- El olvidado municipio de Guayubín sigue esperando que las autoridades dominicanas reconozcan su heroica historia y terminen la construcción de la Plaza de la Cultura y Amistad de los Pueblos, donde ondearán 14 banderas de diferentes países, en honor a los Héroes de la Restauración dominicana.

Como lo hicimos siete años atrás, volvimos para encontrarle en su humilde casa, devenida archivo histórico de la comunidad, aunque ahora cuenta con una oficinita donde se acumulan cajas de cartón repletas de fotos, defunciones, actas de nacimientos, fusilamientos y centenares de documentos más.

Guayubín parece detenido en el tiempo, en medio del polvo seco y el calor implacable que resisten sus calles al paso de los siglos. Pero, Luis Manuel Jiménez no parece cansarse de luchar. Es cierto que las indiferencias y carencias de recursos han hecho mella en su mirada -no en el espíritu-, que sigue defendiendo con sus propios conceptos y afirmaciones como estas de: “la historia no puede ser selectiva, aunque aquí se da el caso”.

“En Guayubín nos sentimos presos en el olvido”, expresa Jiménez y recuerda que el propósito de erigir la Plaza lleva ya 13 años como proyecto iniciado y hoy permanece entre matorrales y malezas, que apenas dejan divisar los cimientos entonces levantados.

“La verdad es que los recursos y las instituciones para construir esta Plaza existen, están; no hay que crear una secretaría para Guayubín. Es un asunto de disposición y de pensar que este pequeño pueblo es parte importante de la historia del país.

“A veces creo que si estuviéramos ubicados en el Cibao Central, otra cosa fuera. Fíjese que a pesar de la importancia histórica de nuestro municipio, la Comisión Permanente de Efemérides Patrias nunca ha realizado una actividad en esta comunidad; sin embargo, aquí yacen en tumbas comunes los restos de grandes figuras militares y soldados ignorados que constituyen glorias de nuestras luchas, quienes por lo menos merecen una tarja a sus memorias”.

Así anda Jiménez, según sus propias reflexiones “en un vía crucis que quiera Dios llegue al fin al calvario”.

-Pero, ¿aún tiene la esperanza de que se construya la Plaza y se haga justicia histórica con su localidad?

“Sí, yo no pierdo las esperanzas, aunque no me dejen entrar en la Plaza después que la construyan, no importa; lo que deseo es que la hagan”.

Jiménez recuerda que el escritor y ex secretario de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez, ha dicho que Guayubín es en el norte lo que es Azua para el sur, llama botiva de la libertad dominicana.

De construirse la Plaza de la Cultura y Amistad de los Pueblos en Guayubín, en ella flotarán 14 banderas, correspondientes a las naciones que lucharon junto al pueblo dominicano por la independencia del país.

En realidad, gastadas están las suelas de los zapatos del tozudo historiador, en la búsqueda de caminos que salven las verdades históricas ante el rancio paso de los tiempos. Y se distingue un orgullo particular en estas frases suyas:

“Soy regionalista, no lo niego, pero ejerzo este derecho desde la defensa misma de lo propio, lo local, que, en definitiva, es lo que conforma lo nacional.

“El país comienza en la frontera. Pero, quienes pueden apoyar nuestros propósitos lo han olvidado en el avance hacia la capital”.

Otras voces…

En los pueblos del interior del país existe la magia de esos seres que conservan las memorias de los difuntos e irradian vida al presente, con una energía que avala su hermosa vejez.

Es el caso de Reyna García, nieta de Rafael García Martínez, quien fuera secretario del general Benito Monción, “vegano de nacimiento, pero liniero por adopción”, como dicen sus biógrafos, héroe de las luchas por la independencia y soberanía contra España y de Haití y quien falleció en Guayubín en 1898.

Resulta un verdadero privilegio escuchar las palabras de la octogenaria que aún contagia con la mesura de su diálogo y la belleza de su tez:

“Aquí se vive con la apatía de quienes pueden ayudar en el desarrollo de este pueblo. Creo que nadie ha hecho más diligencias que Luis Manuel Jiménez, pero se necesitan aportes para que puedan alzarse obras como la Plaza de la Cultura y Amistad. Quiera Dios que yo pueda verla algún día…”

Y se queda la anciana entre sus mesas de mármol, armarios centenarios y el tinajón que utilizó el propio general Monción.

Tantas reliquias preservadas merecen ser mostradas a la mayoría, sobre todo cuando aseguran que muchas familias más poseen objetos de tanta importancia, para reunirlos y exponerlos en el pueblo.

Jiménez asegura que cuando se haga posible la Casa de la Cultura, estas donaciones se expondrán para todos. Las frases sustentan el contenido: “El turismo no es sólo de playa. Muchas personas que visitan a la República Dominicana estarían satisfechas de encontrar lugares como este donde, además, se acunó la solidaridad con la guerra independentista de Cuba y por estas calles empedradas anduvo José Martí en busca del banilejo Máximo Gómez para preparar aquella gesta”.

Junto a Jiménez se unen otros criterios de los pobladores, cuando recuerdan su cementerio lleno de héroes de la Independencia y La Restauración “que no calificaron para estar en el Panteón Nacional y que hoy en día están pidiendo y merecen justicia”.

“Si no califican para descansar en el Panteón Nacional, al menos que se hagan un Mausoleo en honor al los soldados olvidados. Es un derecho que le asiste a Guayubín, de reclamar que sea reconocida su historia”, concluye Jiménez y parece que no habrá que esperar otros siete años para ver realizado un sueño de tal naturaleza, este que hoy permanece en el olvido, entre platanales y secas malezas…

(Fragmento de la carta remitida por el ingeniero Luis W. Sifres, presidente Comisión Presidencial de Apoyo al Desarrollo Provincial, a Luis Manuel Jiménez)

“Cortésmente le informamos que la comunicación enviada por usted al Excelentísimo Señor Dr. Presidente Leonel Fernández Reyna, en la que solicitó una colaboración para la terminación de la Plaza de la Cultura y Amistad de los Pueblos, fue remitida a la Secretaría de Estado de Cultura, mediante el oficio No. CPADP-09-16 de fecha 27 de mayo de 2009, para su consideración y fines de lugar”.

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