Pese a que el municipio de Haina, en San Cristóbal, es una zona industrial, la tasa de desempleo asciende a un 77%, debido a que los dueños de empresas no contratan a personas del sector, situación que se traduce en un incremento de la delincuencia.
Los residentes del barrio Bella Vista, de Haina, uno de lo más pobres del municipio, se sienten abandonados a su suerte, pues la posibilidad de encontrar trabajo en otro lugar disminuye por la competencia y la cantidad de solicitantes.
En este sentido, Santiago Díaz, presidente de la Junta de Vecinos de Bella
Vista, lamentó observar en las esquinas, justo cuando se inicia la semana, entre ocho y diez hombres charlando o jugando dominó, porque no tienen ninguna ocupación u otra cosa en la cual ocupar su tiempo.
Díaz explicó que la junta de vecinos realizó un censo en 2009 que arrojó que de 600 familias sólo 200 trabajan, mientras que el 70% posee casa propia, es decir, que lo poco que consiguen es para comer.
No solamente la falta de empleo, la delincuencia y la violencia afecta a Haina, sino también el tráfico de estupefacientes, los apagones, la basura, el deficiente servicio de agua potable y los prolongados apagones que paralizan el comercio, principal vía de desarrollo de la zona.
También necesitan un liceo para impartir el bachillerato, ya que los planteles más cercanos quedan a kilómetros de distancia y los jóvenes optan por abandonar los estudios.
La tanda de apagones que recibe la barriada alcanzan las 10 y 15 horas, dejando pérdidas cuantiosas en grandes empresas y en colmados, salones, talleres, ebanisterías, entre otros.
La oscuridad generada por la falta de energía eléctrica facilita la comercialización de drogas, los robos, atracos, que afectan mayormente a empleados y estudiantes cuando regresan a sus casas por las noches.
Otro problema que preocupa a los haineros es la precariedad del servicio de agua potable, pues la débil presión del líquido no permite que llegue a todos los hogares, provocando inconvenientes entre los vecinos.
Asimismo, los residentes de Bella Vista están a la espera de que el alcalde de Haina, Marino Lora, cumpla con su promesa de campaña de sanear la cañada, ubicada en el centro de la barriada, que durante la temporada ciclónica se desborda, provocando inundaciones y durante la sequía es usada como basurero, convirtiéndose en un foco de contaminación para los pobladores.
Díaz advirtió que si antes de enero de 2011 el alcalde no resuelve la situación, se verán obligados a realizar huelgas hasta que solucione el problema.
Sin embargo, los haineros no pierden las esperanzas de que un día puedan beneficiarse del privilegio de contar con tantas industrias en su sector y conseguir un trabajo y nuevas oportunidades.
La difícil situación por la que atraviesan los residentes de Haina evidencia la falta de voluntad del gobierno para solventar los problemas elementales, como la luz, el agua y la educación. No obstante, hay un sentimiento común a la hora de visualizar un futuro mejor, a pesar de todo.
