Fondo solidario: única oportunidad para enfermos sujetos a trasplantes

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La creación de un fondo solidario para cubrir los costos que conlleva el tratamiento y trasplante de un órgano es la única forma para que los pobres puedan tener una oportunidad de vida. El fondo también alcanzaría a pacientes con enfermedades catastróficas.
 
La gran mayoría de las personas con estos padecimientos necesitan apoyo económico para poder realizarse los procedimientos, por lo que la creación del fondo solidario permitiría el financiamiento adecuado para que puedan llevar el proceso.
 
Para el director del Instituto Nacional de Coordinación de trasplantes (INCORT), Fernando Morales Billini, los altos gastos en que debe incurrir un enfermo sujeto a trasplante imposibilita que pueda someterse a la intervención.
 
El especialista sostuvo que el costo médico de estas intervenciones y su consecuente tratamiento cada día han ido aumentando, por lo que la posibilidad de que un paciente pueda enfrentarlo es imposible.
 
Cree que afrontar esta situación es una responsabilidad política y social de todos y observó que en estos momentos el país no tiene ni siquiera cubierto el dinero que se gasta en mantener un donante, hacerle la operación y practicarles otros procedimientos que son muy costosos.
 
En tal sentido, el INCORT junto a otras organizaciones, introdujo en el Congreso Nacional por ante la Cámara de Diputados un anteproyecto que persigue crear por ley un fondo solidario para socorrer estos enfermos.
 
Morales Billini explicó que los recursos para la creación del fondo pueden obtenerse de diferentes instancias, como por ejemplo aumentando el tope salarial de la Seguridad Social, que establece un aporte limitado de 10 salarios mínimos, mientras existen quienes devengan 20 y 30 sueldos: “O sea, los que más ganan en este país se ven beneficiados de no tener que pagar mucha Seguridad Social porque están limitados”.
 
También existen otros mecanismos que podrían ser usados por los diputados y senadores al momento de declarar una ley, los cuales no citó.
 
Algo importante es que los pacientes sujetos a trasplantes ya no pueden esperar más, puesto que los tratamientos quiebran a las familias y afectan a todos los amigos que están a su alrededor, al tiempo que se convierten en un verdadero problema social.
 
Durante un encuentro auspiciado por el Círculo de Periodistas de la Salud (CIPESA), Morales Billini sostuvo que los pobres no tienen oportunidad con las enfermedades de tipo catastrófico y criticó que exista un Sistema Nacional de Seguridad Social que no los ampare.
 
“Así ha pasado con las enfermedades de tratamiento oncológico, porque las ARS solo cubren una parte de estos y todavía tenemos una Ley que no le da cobertura suficiente, principalmente a los pacientes que necesitan medicamentos de este tipo”, indicó el especialista.
 
Agregó que si los pobres no tienen los medicamentos apropiados y no se pueden conseguir a través de la Seguridad Social, la única forma de ofrecer una asistencia adecuada es creando el fondo solidario. El sistema de Seguridad Social solo tiene cubierto a los niños que están integrados a través de sus respectivas familias y los envejecientes cuyos hijos le pagan un seguro.
 
Los costos para trasplantes de órganos son muy altos. En la actualidad el precio de un trasplante hepático ronda los dos millones de pesos y en su realización participan cenca de 40 profesionales que cobran honorarios muy bajos, porque solo están interesados en desarrollar esta modalidad en el país.
 
En el caso de las hemodiálisis el importe es sumamente alto, ubicándose alrededor de los RD $700 mil, sin contar con otras complicaciones que sufren estos pacientes.
 
El valor real de un tratamiento de hemodiálisis está por encima del millón de pesos, mientras que el trasplante ronda entre los RD$812 mil a RD$850 mil, en el primer año. Para los años siguientes alcanza unos RD$360 mil.
 
Según los datos del INCOR el 40% de los pacientes que van a hemodiálisis mueren prácticamente en el primer año y al cuarto año menos del 30 % sobrevive.
 
Sin embargo, si se logra el trasplante, estos enfermos tienen más de un 80% de sobrevivencia al primer año, que iría bajando relativamente. A los 10 años de la operación se verifica que más de un 50 % sobrevive y mantiene la perspectiva de reintegrarse a la vida laboral y a otras actividades sociales, normales de una persona sana. Algo que no sucede con los pacientes que sólo tienen el tratamiento de diálisis.
 
Entre tanto el país no tiene la posibilidad de desarrollar un programa nacional de trasplantes de alta magnitud, por lo que debe ir adquiriendo un crecimiento sostenido. En la actualidad solo el 1.4% por millón de la población es donante.
 
Finalmente, el doctor Fernando Morales Billini sentenció que todos vamos a tener un familiar o amigo que va a padecer de estas enfermedades, las cuales definió como terribles y devastadoras ante la impotencia que se sufre cuando no se tiene capacidad para pagar un tratamiento idóneo.