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Haití: dos años después

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Dos años después del terremoto que mató al menos a 200 mil personas en Haití, miles de víctimas se amontonan todavía en campamentos improvisados sin ninguna esperanza de recuperar algún día una vida normal.
 
La fotografía de Puerto Príncipe no ha cambiado mucho desde el terrible seísmo de 7 grados de magnitud que devastó a la capital haitiana y ciudades de todo el país el 12 de enero de 2010, expulsando a las calles a más de un millón de personas.
 
Algunos lugares públicos han sido evacuados en el marco de un nuevo programa del gobierno de retorno a los distritos de origen que debe acelerarse en 2012. El primer ministro Garry Conille anunció la construcción durante este año de más de 3.000 viviendas para los desplazados.
 
Las estadísticas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), muestran que muchos desplazados dejaron los campamentos, pero cientos de miles de personas todavía viven en ellos, como en el parque de juegos de Santa Teresa de Pétion-Ville, (en el suburbio este), donde se aglutinan más de 2.500 personas viviendo en condiciones inhumanas.
 
«Llegué aquí hacia las 18H00, momentos después del terremoto, con mis hijos, mi hija de unos meses en los brazos y nada más. Dejé todo en los escombros», recuerda Valérie Loiseau, de 28 años.
 
Sentada en un muro en la entrada del terreno donde hay instaladas docenas de tiendas de campaña hechas de piezas de chapa metálica, Valerie, con su hija Kélida de 3 años entre sus piernas, parece indiferente a la circulación de vehículos que van y vienen sobre la avenida adyacente. Ella ve que pasan los días sin que se produzca ningún cambio trascendental en su vida.
 
«No tengo ninguna esperanza de cambio, pero en tanto haya agua y sal…», dice Valerie antes de reconsiderar: «Mi esperanza es Dios. No los gobernantes del país», acota resignada.
 
Ese sentimiento es generalizado en el campamento donde los propios desplazados se consideran como olvidados, a pesar de la llegada al poder el año pasado del nuevo presidente, Michel Martelly
 
En el parque, los niños patean una vieja pelota, otros, más pequeños, descalzos y vestidos a medias, corren entre sucios senderos donde se descargan aguas residuales y basura de todo tipo.
 
Inclinado sobre su vieja máquina de coser color blanco y pedaleando durante todo el día, Alfred Louis Edes, alias “El Jefe”, se aferra a la vida. Él sonríe siempre a pesar de faltarle los dientes y continúa ofreciendo sus servicios de su taller en el parque, donde vive sin saber cuándo podrá salir de allí.
 
«¿Salir? Ese no es mi problema», respondió secamente, asegurando que se mantiene gracias a la utilización de esta máquina de coser de antaño.
 
«Con mi trabajo he criado a mis hijos, que son mayores y pueden valerse por sí mismos», dice orgulloso “el Jefe”, que trabaja para obtener ayuda de las ONG a la gente de su edad, mayores de 60.
 
Cerca de allí, los ocupantes del parque languidecen detrás de las vallas que no dejan lugar a sospechas sobre la existencia de esta pequeña comunidad en el corazón de Petion-ville.
 
«Puede ser por eso que se olvidan de nosotros, no estamos expuestos como el resto. Nadie viene a vernos, pero sobrevivimos», dijo el sastre, que halló gracias a la ONG Helpage asistencia y cuidado sanitario para los sexagenarios del campo.
 
Repercusiones
 
La Organización de Naciones Unidas (ONU),  destacó los logros alcanzados en la recuperación de Haití y entre ellos citó la reducción del número de desplazados y la retirada de la mitad de los escombros generados por el devastador terremoto que azotó hace dos años Puerto Príncipe y otras ciudades cercanas.
 
«Los logros son reales y su impacto no debe ser subestimado», dijo el coordinador humanitario de la ONU para Haití, Nigel Fisher, en un comunicado difundido a dos días del segundo aniversario de la catástrofe, que causó unos 300.000 muertos y otros tantos heridos, según el Gobierno haitiano.
 
Entre julio de 2010 y noviembre de 2011 el número de personas que habitaba en campamentos en las calles por haber perdido su casa en el terremoto descendió en un 65 por ciento, hasta situarse en 520.000 y los programas desplegados permiten cada mes a miles de familias reanudar una vida normal, indicó la organización.
 
Más de cinco millones de metros cúbicos de escombros han sido retirados de las calles a un ritmo «indiscutiblemente más rápido» que tras el tsunami que sufrió el sudeste asiático en 2004 o los atentados contra el World Trade Center de Nueva York en 2001, señala el comunicado.
 
La escolarización de niños, los programas de creación de empleo vinculados a la reconstrucción de infraestructuras y los planes en áreas como la agricultura, la salud, la educación, la nutrición y la vivienda son otros de los ámbitos en los que se ha progresado con la contribución de expertos haitianos, instituciones y organismos gubernamentales apoyados por la ONU.
 
El responsable de la ONU mencionó retos en áreas como el fortalecimiento institucional, el medio ambiente, los servicios de carácter social y el suministro de agua y saneamiento, entre otros.
 
Con un nuevo gobierno el país puede caminar hacia el desarrollo sostenible, aunque para ello será esencial el apoyo de sus socios internacionales, según Fisher, quien aseguró que la ONU seguirá siendo un socio comprometido y trabajará «junto al gobierno y con el pueblo de Haití».
 
Francia cree que «la situación comienza a mejorar»
 
Francia considera que «la situación comienza a mejorar» en Haití dos años después del terremoto, según opinión del Ministerio francés de Exteriores.
 
La diplomacia gala recordó ante la prensa que Francia ha aportado 326 millones de euros de los 5.600 millones que ha recibido Haití en concepto de ayuda internacional.
 
«Francia se mantendrá junto al pueblo haitiano» agregó un portavoz del Ministerio de Exteriores, Romain Nadal, quien destacó que París participa en la construcción de un hospital en Puerto Príncipe, en colaboración con Estados Unidos.
 
Además, Francia contribuye en la reconstrucción de dos barrios de la capital, junto con la Unión Europea (UE), y en el refuerzo de la «acción educativa y la formación», a través de la acogida de 700 estudiantes haitianos en edad escolar y con el envío de 80 voluntarios sobre el terreno.
 
París desarrolla también acciones en materia de cooperación administrativa, como la confección de un catastro o la formación de policías, agregó la diplomacia francesa.
 
Las ONG piden al Gobierno español mantener el compromiso
 
Las principales ONG españolas rindieron cuentas del dinero recibido y gastado en Haití, dos años después del terremoto, y reclamaron al Gobierno de España que mantenga los compromisos adquiridos por el anterior Ejecutivo para la reconstrucción de dicho país.
 
España asumió la responsabilidad ante la ONU de aportar 346 millones de euros (unos 439 millones de dólares) de ayuda hasta 2013, dirigida a sectores como el agua, saneamiento, educación, habitabilidad básica, sostenibilidad medioambiental, seguridad alimentaria, agricultura y producción primaria.
 
«Hay que reconocer que España ha hecho un esfuerzo importante en Haití, ha sido el tercer donante mundial, el segundo respecto a las aportaciones de los particulares, detrás de EEUU», explicó el presidente de la Coordinadora de ONGD, Eduardo Sánchez.
 
Urge que se hagan efectivos los 4.600 millones de dólares prometidos en la conferencia de donantes, de los que sólo el 43 por ciento han sido entregados.
 
«Existe una especie de fatiga de los donantes», aseguró Lourdes Benavides, de Intermón Oxfam, respecto al retraso en la entrega de esa ayuda comprometida, que, advierte, está poniendo en riesgo a más de medio millón de personas que siguen viviendo en situación de precariedad en 750 campos de desplazados.
 
La responsable de Intermón destacó que «empieza a haber resultados visibles» de la respuesta humanitaria desplegada hace dos años que «permitió salvar vidas y asegurar servicios básicos para cerca de un millón y medio de personas».
 
También de la reconstrucción, como la recogida de la mitad de los escombros, la recuperación de 430 kilómetros de carreteras y la construcción de 96.000 viviendas temporales.
 
En el ámbito educativo, Ana Cristina García, de Entreculturas, destacó avances importantes, sobre todo tras la decisión del gobierno haitiano de proclamar educación universal y gratuita.
 
A finales de 2011, se consiguió reinsertar en las escuelas 903.000 niños, de los que 142.000 no tenían plaza educativa antes del terremoto, dijo.
 
«Hay pequeñas luces que es importante verlas como signos de esperanza», indicó la responsable de esta ONG, quien reiteró la importancia de mantener la inversión en educación en contextos de emergencia.
 
Desde Acción contra el Hambre, Álvaro Pascual, recordó que la mejor «forma de ayudar a Haití es tener una buena coordinación entre las ONG y mantener los compromisos de financiación».
 
Las organizaciones de la coordinadora han recaudado cerca de 132 millones de euros (unos 156 millones de dólares), de los que más de 72 millones ya han sido invertidos en proyectos y el resto están comprometidos en los proyectos desarrollados para los próximos meses.
 
La organización internacional de protección a la infancia Plan alerta de que más de la mitad de las personas que viven en refugios temporales son menores.
 
Unicef insiste en que el país sigue «acosado por la pobreza crónica y el subdesarrollo».
 
Niños haitianos muestran su día a día a través del documental «Me llamo Haití» -realizado por la Asociación Audiovisual Educar desde la Infancia-, para que los escolares españoles conozcan sus necesidades e inquietudes.
Estrenan documental brasileño sobre Haití
Un documental brasileño sobre Haití, que arroja una mirada optimista sobre la reconstrucción del país, se estrenará este 12 de enero, coincidiendo con el segundo aniversario del devastador sismo.
 
El largometraje, titulado «Haití 12 de enero», es una producción independiente realizada por el director brasileño Cleonildo Cruz, que muestra la dura realidad de la población haitiana después del terremoto del 12 de enero de 2010 pero deja una puerta abierta a la esperanza.
 
«No quiero que el espectador se quede con una visión solo humanitaria. Quiero que perciba que el país puede ser reconstruido. Creo en la reconstrucción, que se tiene que dar por los propios haitianos», afirmó Cruz a Efe.
 
El documental se sirve de decenas de testimonios de ciudadanos haitianos y de extranjeros que trabajan en el país, incluyendo autoridades, personal de organizaciones no gubernamentales y militares de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah), fuerza desplegada en 2004 y liderada por Brasil.
 
El terremoto y la situación crítica que se vivió en los meses siguientes ocupa buena parte del largometraje, que en sus minutos finales traza un rápido esbozo de la situación política del país y concluye con las imágenes de la investidura del presidente Michel Martelly, realizada el pasado mayo.
 
La cinta también retrocede en el tiempo para explicar el trabajo de la Minustah en las barriadas más violentas de Puerto Príncipe antes del sismo, que se plasma en secuencias de intensos tiroteos entre los militares y las bandas de delincuentes, que fueron filmadas por un periodista haitiano entre 2005 y 2006.
 
La película va a ser estrenada de forma simultánea en cuatro cines en centros culturales de las ciudades de João Pessoa (Paraíba), Fortaleza (Ceará), Salvador (Bahía) y Porto Alegre (Río Grande do Sul).
 
La cinta va a ser proyectada en febrero en Haití, en el barrio de Belair de Puerto Príncipe, con el apoyo de una organización no gubernamental brasileña.

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