La anciana de 65 años Justina Tapia Lima contó que salvó su vida gracias a Dios y por la rápida intervención de los vecinos, cuando la tarde del domingo un voraz incendio destruyó 17 viviendas en el sector La Laguna de Villa Agrícolas, en el Distrito Nacional, el cual no ocasionó pérdidas de vidas humanas, sí materiales millonarias.
La señora narró a este Multimedios DominicanosHoy.com que al momento de producirse el fuego, a las 4:30 de la tarde, se encontraba durmiendo cuando escuchó a los vecinos gritar de manera alarmante: “¡fuego, fuego!”. Las llamas penetraron a su vivienda sin que pudiera salvar alguno de sus ajuares y “sí la vida, que es lo más importante”.
“Perdí todos mis documentos personales y los útiles escolares de los nietos están destruidos. Aquí no se salvó nada, pero nadie falleció que es lo más importante”, manifestó Tapia Lima.
La dama, quien dijo lleva viviendo 20 años en ese lugar, expresó que a su edad solo le queda levantarse de nuevo y seguir trabajado, ya que al menos tiene la oportunidad de contar lo sucedido: “Entiendo que será difícil, porque no tengo la destreza de antes, pero junto a los míos vamos a superar esta tragedia”.
De igual manera, don José Manuel Trinidad, de 60 años, con semblante desolado contemplaba las ruinas dejadas por el nefasto fuego y relató que no se encontraba en el lugar y cuando regresó sólo encontró hojas de zinc chamuscadas.
Lamentó haber perdido su hogar y lo poco que poseía y pese a que solo conserva la ropa que llevaba ese día, dio gracias a Dios por estar vivo.
Escombros y tristezas dominan el ambiente que envuelve a los residentes del sector La Laguna, quienes lucharon para sofocar el siniestro que destruyó sus hogares y pertenencias. Las intensas llamas no dieron tregua y consumieron en un abrir y cerrar de ojos años de sacrificios.
La mayoría de las viviendas construidas en block, madera y zinc fueron destruidas con facilidad en La Laguna y entre los problemas mayores están los niños y niñas que no podrán retomar el año escolar, debido a que las llamas acabaron con sus ropas y útiles escolares, los cuales no podrán reponer en lo inmediato por la precaria situación económica de sus padres, muchos de los cuales no tienen trabajo fijo y viven de labores informales o chiripeo.
Los residentes del sector afectado mantiene la esperanza en la solidaridad de las gentes humanitarias y las autoridades. Sin embargo, pese a que el siniestro destruyó 17 viviendas del sector hace más de 24 horas, las familias se mantienen a la espera de una ayuda gubernamental que no llega…
Justina Tapia: “salvé mi vida por la intervención de Dios”
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