El presidente Leonel Fernández asegura que la cosa está buena, porque la crisis económica de Estados Unidos no afectará la hiperdependiente economía de la República Dominicana.
El gobernador del Banco Central dice que la cosa está buena, porque en el primer semestre la economía del país creció en un 7.5 por ciento y que se esperan mejores tiempos.
El secretario de Industria y Comercio asegura que la cosa está buena, porque existe abastecimiento en la población de todos los productos de consumo básico.
El secretario de Educación dice que la cosa está buena, por la gran cantidad de estudiantes que asisten a la escuela; pero no mencionó a los miles que se quedaron fuera.
El secretario de Medio Ambiente afirma que la cosa está buena, porque los dominicanos han creado conciencia y no cortan los árboles para usarlo como combustibles, aunque no se descarta que volvamos al uso de carbón para cocer los alimentos, por el precio astronómico en que nos venden el gas licuado de petróleo.
El secretario de Salud Pública afirma que la cosa está buena, aunque continúen en los pasillos de los hospitales indigentes sosteniendo con las manos un suero por la falta de cama.
Las autoridades dicen que la cosa está buena, porque ha bajado el índice de la delincuencia y la criminalidad, auque cada día, los medios de comunicación informen sobre el incremento de los crímenes y atracos a manos armadas.
Ante el afán de los funcionarios públicos de aparentar que el país registra bienestar, seguimos diciendo como el chinito comerciante de la dictadura de Trujillo: “La cosa está buena; pero no se vende”.