El secretario de Interior y Policía, Franklin Almeida Rancier, anunció que durante el mes de diciembre estará prohibido a la población civil portar armas de fuego. Se autoriza para ello sólo militares y policías en servicio.
Sin duda, diciembre es un mes de actividades festivas numerosas; pero, lamentablemente, está ocurriendo con navidad, noche buena, fin de año y todo lo que representa ese período , como sucede con la Semana Santa, que en vez de representar días de asueto y unión familiar, deviene franco estallido de accidentes, homicidios y las más inimaginables acciones de violencia.
Pero, como si fuera poco, no es sólo esto lo que preocupa a la sociedad dominicana. El asunto es que ya no puede tenerse suficiente confianza en el cuerpo militar y policiaco del país, como único responsable para llevar encima las armas, porque también se han escrito oscuras páginas de abuso de poder y actos de inadmisible complicidad por parte de quienes debían velar por el orden y no integrar o encabezar violaciones e indisciplinas.
De manera que diciembre llega con la luminosidad de sus árboles navideños, en medio de calles oscuras, por apagones que parecen no acabar jamás y en cuyas sombras se ejecutan inadmisibles actos de intimidaciones ciudadanas y hasta terrorismo ligado al narcotráfico.
“Los civiles que tengan armas deberán dejarlas en sus casas durante el mes de diciembre, o de lo contrario corren el riesgo de que les sean incautadas”.
Así ordena Almeida Rancier que se cumpla esta medida para buscar, según afirma, que se reduzca a su mínima expresión la violencia.
Diciembre está, como se dice, detrás de la puerta. Octubre deja a su paso muchas víctimas que no verán un nuevo año, porque la violencia les cerró el paso y dañó la estabilidad a toda una familia. Peor aún, a toda una sociedad que sigue preguntándose cuáles serán los Barrios Seguros en la República Dominicana y por qué no se multiplican las medidas de precaución extrema el resto de los meses de este y de cada año posible.