San Juan (EFE).- Luis Fortuño, del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), asumió la victoria en las elecciones celebradas hoy en Puerto Rico y prometió un "nuevo amanecer" a un país en recesión económica y cansado de escándalos de corrupción.
"El cambio al fin llegó", dijo Fortuño a sus seguidores, después de que el actual gobernador y candidato a la reelección, Aníbal Acevedo Vila, del Partido Popular Democrático (PPD), reconociera su derrota y proclamará a su rival "gobernador electo".
"Dejamos atrás la pesadilla de los últimos ocho años" de administración y comienza "un nuevo amanecer", dijo Fortuño ante miles de seguidores reunidos frente a la sede del PNP en San Juan.
Acevedo Vilá no espero siquiera para reconocerse perdedor a que la Comisión Estatal de Elecciones contabilizara el 20 por ciento de los votos emitidos hoy, porque la ventaja ya era de 12 puntos porcentuales para Fortuño.
Las elecciones eran para gobernador, legisladores, represente en el Congreso de Washington y alcaldes.
A Acevedo Vilá le ha pasado factura la división política en el Legislativo, la grave situación económica después de tres años de recesión y, en los últimos meses, las acusaciones de corrupción presentadas contra él por presuntas irregularidades en la financiación de anteriores campañas electorales.
Las encuestas pronosticaron desde septiembre una cómoda victoria para Fortuño, aunque en las últimas semanas el diferencial se redujo hasta el punto de que los dirigentes del PPD confiaban en un resultado sorpresa.
"Quiero en este momento felicitar al gobernador electo, el señor Luis Fortuño", dijo Acevedo Vilá rodeado también de seguidores a las afueras de la sede de su partido en San Juan. "Iniciaremos el proceso de transición como manda la ley", sostuvo antes de agradecer el voto a sus correligionarios.
"Gracias por su compromiso, su confianza, por su lealtad. Fue una batalla dura contra todos los obstáculos imaginables e inimaginables", indicó Acevedo, que dejará el cargo de gobernador el próximo enero.
Para Acevedo Vilá, acusado por la fiscalía de EE.UU. en el Estado Libre Asociado (ELA) de 24 cargos corrupción por la supuesta financiación ilegal de algunas de sus campañas políticas, han sido cuatro años de duro enfrentamiento político por la sistemática oposición del PNP, que tenía mayorías en el Senado y la Cámara de Representantes.
Sobre los otros dos candidatos a la gobernación, Edwin Irizarry Mora, del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), y Rogelio Figueroa, de Puertorriqueños por Puerto Rico, los datos parciales de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) indicaban que sacarían menos del 3 por ciento de los votos, por lo que perderían su automática inscripción electoral.
Relajado y risueño, Fortuño se comprometió a dirigir un gobierno "que dé ejemplo, que permita "vivir en paz y armonía", que "no tolere la corrupción", que garantice "una educación de excelencia y bilingüe", que proteja los recursos del país y el medio ambiente y que alivie el "bolsillo" de los contribuyentes.
Pero, sobre todo, un gobierno "que valore y defienda nuestra ciudadanía americana", agregó Fortuño, quién defiende la anexión de Puerto Rico a Estados Unidos como el 51 estado de la Unión.
Fortuño, de 47 años, casado, padre de trillizos y abogado de profesión, ha sido en los últimos cuatro años el representante del Estado Libre Asociado (ELA) ante el Congreso en Washington, donde tiene voz pero no voto, y formó parte del gabinete de Pedro Rosselló (gobernador en el periodo 1993-2001).