Desde que los correligionarios del ingeniero Miguel Vargas Maldonado anunciaron que el ex-candidato presidencial aspiraría a ocupar la presidencia del Partido Revolucionario Dominicano, el diablo comenzó a merodear a esa agrupación política y está a punto de desatar los demonios en su interior.
Las motivaciones políticas que tiene Miguel Vargas para aspirar a ocupar la presidencia del PRD son desconocidas, la militancia de esa entidad solo reconoce que él es un potencial candidato presidencial para 2012.
No se sabe que persigue Miguel Vargas con su deseo de querer apropiarse de la máxima dirección del partido blanco, actitud que a nuestro punto de vista es un tanto descabellada.
Vargas Maldonado, con su aspiración a la presidencia de la República, envía una oscura señal y al empecinarse en querer tomar la dirección del partido da muestra de que no cuenta con la suficiente fuerza para competir en unas primarias internas.
Todo el partido está consciente de que para tales fines haría que reformar una vez más los estatutos, en cuyos articulados está prohibido aspirar y al mismo tiempo ocupar cargos relevantes en esa agrupación.
Miguel Vargas sabe por demás, que sus intención de apoderarse del partido es una aventura que encontrará de frente a los grupos que activan dentro del PRD, quienes se le amotinarán y en consecuencia le harán la vida imposible.
Si Miguel Vargas cree que hará en el PRD lo que ha hecho Leonel en el PLD, que entienda este ingeniero que las cosas pueden salirle al revés, le pueden salir colmillos en el queso, la arepa podría cuadrársele, por lo que las consecuencias serían fatales para su futuro político. Recuérdese que las fotocopias jamás han sido originales.
