Son muchos los estudios disponibles sobre el uso de las TIC’s en América Latina y el Caribe y algo que ha sido notorio en estos países, es que las brechas sociales y digitales son mayores que hace una década, lo que nos debe de preocupar. El nuevo milenio avanza con gran turbulencia socio-política y económica, vertiginosos progresos de las tecnologías, el libre comercio y la globalización precipitan amenazadoramente la necesidad de encontrar fórmulas para que estas brechas comiencen a cerrarse.
Es una situación que se puede analizar desde un punto de vista incluso matemático. Si realizamos algunas ecuaciones con los datos que tenemos disponibles se hace obvio que la problemática, como ha sido abordada hasta ahora, es poco soluble. Los esfuerzos realizados hasta el momento no han impactado satisfactoriamente. Las fórmulas matemáticas comparativas entre los incrementos de pobreza, marginalidad, ignorancia y corrupción, versus la rapidez de los avances en las áreas tecnológicas y el fenómeno de mundialización, simplemente no “cuadran”. El factor tiempo ha sido obviado.
Y estamos concientes de que algunas entidades de todo el mundo hacen esfuerzos en contribuir para que este espacio, o como bien es llamado brecha, pueda ir disminuyendo. En 2005, el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts, con sus siglas en ingles (MIT), develó al mundo el borrador del prototipo de la computadora portátil de “Cien Dólares”, a la cual por asuntos de costos, se le llamó más adelante “One Laptop per Children” o Una Laptop por Niño, momentos en que se realizaba la segunda fase de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, en Túnez.
Desde entonces se realizan acuerdos con los Gobiernos e Instituciones de distintos países, incluyendo nuestra República Dominicana para la ejecución de este proyecto.
Como programa filantrópico propuesto por un país rico, a otros que cobijan millones de pobres, resulta algo paradójico, porque arranca por una venta masiva. La idea del MIT es que estos países le compren no menos de un millón de computadoras portátiles, a un precio muy barato: que va desde 100 a 140 dólares la unidad.
Los gobiernos adquirirían estos equipos y las distribuirían gratuitamente entre sus vastos sectores cadenciados. Así, los chamacos más necesitados por la tan desfavorable distribución del ingreso en nuestras naciones, se verán favorecidos por el acceso a Internet y, en general, a la tecnología. Todo esto llevaría el fin del programa para cerrar la brecha digital entre los infantes ricos y los pobres.
El Gobierno dominicano ha mostrado bastante interés en este proyecto, pues el mismo ideólogo y principal protagonista de esta idea, el señor Nicholas Negroponte, ha visitado ya nuestro país, dictando algunas conferencias en distintas entidades gubernamentales y ONGs, y es probable que pronto entrará en marcha la primera fase de innovador planteamiento, en la nación dominicana.
Y desde nuestro punto de vista Pa´Lante, pues como ya hice mención, esto podría contribuir enormemente con la disminución de esta brecha, que por cierto hasta el nombre es molesto. Pero no todos comparten o ven de igual manera estas iniciativas, pues entienden que las autoridades deben de cerrar primero la brecha proteínica para después sí: ir con todo por la digital. Señores “Comer es Primero”.
Y viéndolo de esta forma, entendemos también la manera de pensar de estas personas, pues dentro de nuestros paisajes las opciones suelen ser despiadadas y politizadas, ya no sólo para favorecer únicamente a los compañeritos del partido o el movimiento que apoya mis ideales o sigue mi línea; sino, los que realmente apoyan las ideas del o los responsables de proyecto alguno en ejecución.
Pero, también existe el problema que nos preocupamos por suministrarle esta joya tecnológica a una madre para que la reciba gratuitamente, pero que luego por razones económicas la tiene que vender o empeñar para darle de comer a sus hijos, ¿Estará atentando contra su educación, o los ayuda a seguir viviendo?