Nuevos estrategias están siendo utilizadas con éxito para el tratamiento de los tumores cancerosos del hígado, tanto en pacientes que están en lista de espera para transplante, como para extender la vida a los que ya no son candidatos a tal recurso. Las nuevas técnicas detienen el crecimiento de los tumores y los confinan para que no se extiendan.
“Ahora tenemos diferentes alternativas para controlar los tumores. Una modalidad de tratamiento es la ablación con radiofrecuencia; otra es la infusión de medicamentos directamente en la arteria hepática”, dice la Dra. Jolly Varki, especilista en Medicina Interna, Hematología y Oncología, afiliada al Hospital de la Universidad de Miami.
Los medicamentos inyectables pueden ser de quimioterapia intravenosa; o pueden combinar este tipo de quimioterapia con otros agentes llamados antineoplásticos, que bloquean la irrigación sanguínea al tumor para que no se alimente. Esta modalidad combinada se conoce como quimioembolización.
Estos avances son efectivos en el tratamiento del carcinoma hepatocelular, es decir el cáncer primario de las células del hígado, el cual es diferente al cáncer metastático, que se origina en otra parte del cuerpo y luego pasa al hígado; por ejemplo, el cáncer pulmonar con metástasis en el hígado.
Hay diferentes clases de cáncer de hígado. Según la Asociación Americana del Cáncer, el carcinoma hepatocelular es el tipo de cáncer hepático más común en los adultos; 3 de cada 4 casos son de este tipo. Se estima que 18.510 nuevos casos de cáncer primario de hígado se diagnostiquen en los Estados Unidos en el 2006, y que 16.200 personas mueran a consecuencia de esta enfermedad, que es dos veces más común en hombres que en mujeres.
Anteriormente, los pacientes corrían el riesgo de que se les extendiera el cáncer del hígado mientras esperaban para transplante, en cuyo caso perdían la posibilidad de curarse con un órgano donado. Ahora se les puede mantener con el cáncer hepático controlado mientras se les realiza el transplante.
“Es un gran progreso, los pacientes que llegan al transplante pueden curarse completamente”, comenta la especialista.
En los Estados Unidos el tiempo de espera para transplante depende en gran medida del tipo de sangre del paciente: si es O positiva, que es la más común, la espera puede ser de un año y medio; si es sangre del tipo B, la cual sólo un pequeño porcentaje de la población tiene, el tiempo de espera puede ser de unas seis semanas. En otras palabras, entre más grande sea el grupo de pacientes, la espera es más larga; entre más pequeño, la espera es menor. Las nuevas alternativas para controlar el crecimiento de los tumores hepáticos son particularmente importantes para aquellos pacientes que tienen que esperar mucho tiempo para un transplante, que son la mayoría.
“Aquellos que ya no son candidatos para transplante, se benefician también de estos adelantos, ya que hace cinco o seis años la supervivencia de tales pacientes era de seis semanas, ahora se les puede mantener con vida hasta por tres años”, explica la Dra. Varki.
CAUSAS
Según la Asociación Americana del Cáncer, estos son algunos de los factores de riesgo para desarrollar cáncer del hígado:
• Infecciones crónicas por virus de hepatitis B y C.
• Cirrosis, en muchos casos a consecuencia de abuso del alcohol.
• Exceso de hierro en el hígado
• Fumar, más aún para quienes fuman y beben alcohol.
• Diabetes
• Obesidad
• Aflatoxinas, substancias producidas por hongos que contaminan el maní, trigo, soya, maíz y arroz. En los Estados Unidos y Europa se hacen pruebas a estos alimentos para ver si contienen estas substancias.
• Cloruro de vinilo, un gas utilizado en la fabricación de tuberías de PVC.
• Esteroides anabólicos, que son hormonas masculinas utilizadas por algunos atletas, pueden incrementar el riesgo de cáncer del hígado cuando se usan de manera prolongada.
• Arsénico, el cual puede contaminar el agua potable en algunas partes del mundo.
• Píldoras anticonceptivas de cierto tipo que se supone ya no se venda. Por eso las píldoras modernas son hechas de manera diferente.
Para más información llame al 305-325-4500; escriba a vvega2@med.miami.edu;
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