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Leonel y su interés en los Super Tucamos

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Ahora resulta que el presidente del Senado, Miembro del Comité Político y Secretario General del PLD, Reinaldo Pared Pérez afirma que “sí”, que “el Presidente Leonel le dijo a Valentín delante de mí, Cristina Lizardo y otros compañeros que él tenía interés en eso”, DL, Pág. 6, 11/14/08.

La palabra interés, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, vigésima segunda edición, viene del latín Interesse, importar; y sus tres primeros significados son “provecho, utilidad, ganancia”; el segundo es “valor de algo” y el tercero es “lucro producido por el capital”. Cuando se trata del mundo narrativo significa “inclinación del ánimo hacia un objeto, una persona, una narración, etc”. Y en el mundo político, en el mundo de los “intereses creados”, cuando los Jefes de Estados los usan, lo hacen para que sus subalternos entienda quién es el beneficiario directo, y en este caso significa “ventajas, no siempre legítimas, de que gozan varios individuos, y por efecto de las cuales se establece entre ellos alguna solidaridad circunstancial que puede oponerse a alguna obra de justicia o de mejoramiento social”.

Si calculamos que las “ventajas, no siempre legítimas” de estos 93 millones de dólares que nos costaran los Súper Tucanos brasileños llegan al 15 por ciento del valor de la compra, estamos hablando de que los adquirientes, aquellos que negociaron la compra, podrán recibir en sus maletines unos 14 millones de dólares. Uso el 15 por ciento porque estimo que nosotros tenemos un presidente bastante conservador, pero todos sabemos que la comisión por compras estatales llega siempre, o casi siempre, al 30 por ciento del valor acordado.

El país hace este negocio simple y llanamente para que gente que tiene “interés en eso”, logre sus “ventajas, no siempre legítimas”. Todos sabemos que los Súper Tucanos no servirán para nada, que sus vidas se destinaran a podrirse en los almacenes de la Fuerza Aérea, que quizás, antes de que lleguen al país, ya Barack Obama habrá impuesto una nueva política en la “guerra contra las drogas”. Pero 14 millones de dólares son un legítimo sacrificio que el pueblo dominicano debe pagar, sobre todo si ese dinero se invierte en lograr la aprobación de una nueva constitución que garantice la permanencia o el retorno al poder del actual mandatario.

No hay un solo ser humano en este planeta, poseedor del sentido común, que no entienda que las corporaciones norteamericanas de las drogas andan, tienen todos sus buenos oficios puestos en lograr el control de la producción, la distribución y la comercialización de las drogas; un negocio que en la actualidad representa unos 700 mil millones de dólares anuales.

En el pasado proceso electoral, en el que resulto electo Barack Obama, el rico y muy liberal estado de Massachusetts, mediante el voto popular, con el 65 por ciento de aprobación, despenalizó el uso de la marihuana, convirtiéndose en el estado numero 13 que asume dicha política.

Alguien que se considera un filósofo de la ciencia política, porque estudió en Harvard University, me dijo que “cuando él observa el comportamiento de los políticos dominicanos, lo que más le llama la atención es que estos se roban el dinero del pueblo haciéndole un mal al pueblo, no haciéndole un bien”.

Y el ejemplo con los Súper Tucanos me hizo recordar su observación. Cuando los políticos hacen un negocio con el dinero del pueblo, no importa que negocio sea, se ganan su comisión; entonces, ¿por qué no roban mientras hacen un bien? ¿Por qué en vez de los Súper Tucanos, no una represa que pueda contribuir a resolver el problema eléctrico? Se ganarían la misma comisión, se ganarían el mismo dinero, pero por lo menos le están haciendo un bien al pueblo.

Políticos dominicanos: el hecho de que el presidente del Senado haya declarado lo que declaró –en cualquier país civilizado, esa declaración implicaría la apertura de una investigación al Presidente y su posterior sometimiento a juicio–y de que el presidente de la Cámara de Diputados, Julio C. Valentín, se haya confabulado para que este préstamo se aprobara, me permite decirle que yo no le puedo pedir que dejen de robar, porque el que es ladrón nato, es ladrón nato; y ustedes se conocen asimismo más de lo que yo lo conozco, pero por lo menos usen el sentido común: roben mientras hacen un bien, roben mientras resuelven el problema del agua, roben mientras resuelven el problema del transporte, roben mientras resuelven el problema eléctrico…

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