De esta forma, y con nuevas malas noticias para el sector automovilístico trascendidas ayer a la prensa, la cotización del "oro negro" de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha caído al nivel más bajo desde febrero de 2005.
Su abaratamiento desde el 2 de julio pasado, cuando batió el récord histórico de 140,73 dólares, es del 68,7 por ciento, y coincide con la sostenida tendencia a la baja de otros crudos, como el Brent y el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), los de referencia para Europa y Estados Unidos, respectivamente.
En Nueva York, el barril de WTI cayó ayer por debajo de la barrera psicológica de los 50 dólares por primera vez desde mayo de 2005 y quedó a 49,62 dólares, mientras que el Brent se recuperaba esta mañana en Londres hasta los 49,09 dólares, sumando 1,01 dólares al valor del cierre del jueves.
"La reciente caída de los precios del crudo está en línea con las pérdidas masivas en los mercados de valores registradas en todo el planeta en los últimos pocos meses", destacó hoy la asesora especializada JBC Energy, con sede en Viena.
En su análisis diario, los expertos de la asesora resaltan la "estrecha relación" que hay en esta etapa de crisis financiera y económica entre los principales índices bursátiles y el crudo.
"El índice Dow Jones perdió cerca del 19% desde el inicio de Noviembre, mientras el Brent para entrega a término retrocedió cerca del 23% en el mismo período", subrayan.
La retracción de la demanda causada por la grave crisis económica es una de las principales causas del abrupto desplome del valor del crudo, y esta situación se impone sobre otros factores que normalmente han favorecido su apreciación.
Así, los precios se han mantenido indiferentes a la captura por piratas de un gran buque petrolero saudí, como también a la política de recorte de la oferta petrolera de la OPEP.
Sí resultan determinantes los datos que alimentan el pesimismo económico,
especialmente los que afectan a la demanda de crudo, como la preocupación creada en el sector automovilístico después de que el Congreso de EE.UU. pusiera ayer condiciones para aprobar una ayuda pública a Ford, General Motors y Chrysler.