Y mientras que el recién electo presidente estadounidense Barack Obama, pidió en el día de Acción de Gracias que sus compatriotas trabajen unidos para "superar juntos la adversidad" como hicieron los primeros pobladores del país y llamó a sus hijas a que "aprendan a valorar lo afortunadas que son y no den la espalda a la realidad", en la República Dominicana resuenan aún las críticas, consideradas “muy duras” por las políticas públicas del gobierno del presidente Leonel Fernández.
Las críticas más escuchadas han llegado del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del economista y premio Nobel Joseph Stiglitz, quien calificó con palabras ciertas de “irresponsables” a los gobiernos que, como es el caso, “saben muy bien cómo gastar”.
En realidad, el país intenta avanzar por caminos de grandes dificultades internas y extrenas, donde, como siempre sucede, las mayorías desprotegidas sufren más y más.
Andy Wolfe, jefe de misión y quien firmó el documento del FMI, se refirió a conversaciones “sobre una base semestral” con una especie de “monitoreo posterior del programa (que) es una forma de vigilancia intensificada que complementa la vigilancia anual en el marco de la Consulta del Artículo IV”.
Según apunta el documento “… el país se beneficiará de la reducción en los precios internacionales de los alimentos y la energía”. Pero, tal y como la prensa destacó ”el FMI no es optimista con los resultados del 2009, ni está seguro de que el lado fiscal del Gobierno asumirá su responsabilidad del ajuste fiscal, que no es otra cosa que un ajuste del gasto antes que una reforma fiscal”.
En definitiva, mientras que sigan las yipetas último modelo circulando entre una población que no sabe cómo enfrentar el día a día, y en tanto la dirección estatal del país no intervenga en los múltiples gastos innecesarios que, a diestra y siniestra ejecutan los máximo funcionarios en el país, habrá que escuchar la palabras de Stiglitz cuando sostuvo: “El problema de la demanda agregada y la buena suerte de tener gobiernos irresponsables en todo el mundo que saben muy bien cómo gastar y las autoridades monetarias que saben bien cómo tomar prestado hacen las cosas más difíciles”.