El magistrado Berroa Hiciano ordenó al Ministerio Público continuar con las investigaciones que den al traste con la realidad del caso, para luego abrir un juicio de fondo contra el novio de Nicol Fernández, hija mayor del Presidente de la República.
Berroa Hiciano legitimó el certificado médico presentado por Mejía-Ricart, que avalaba la denuncia de que fue objeto de un intento de asesinato por parte del joven empresario, quién, además, está siendo acusado de violar el artículo 283 del Código Procesal Penal y los 2, 265, 266, 295, 308 y 309 del Código Penal Dominicano y las enumeraciones 2, 24 y 39, sobre el comercio, porte y tenencia de armas de fuego.
Para sustentar la acusación, Mejía-Ricart depositó un casquillo de bala, fotos de una metralleta y reportes médicos, además, fotografías que demuestran a Karin manejando el instrumento de guerra.
Lo que se estaría produciendo ahora, según una fuente cercana a las partes, es una fuerte disyuntiva por el arma que porta Karin y la disposición de la Secretaría de Interior y Policía, sobre el desarme a la población, tomando en cuenta que Abunaba’a es casi familia del mandatario.
El arma portada por Karin, una P90, calibre 5.7 milímetro, sólo puede ser utilizada por las Fuerzas Armadas de la República Dominicana y el Cuerpo de Ayudantes Militares del Presidente de la República, lo que tiende a que la ciudadanía se cuestione, sobre quién le habría conseguido el aparato al acusado.
“Karin adquirió el arma y ahora quieren endilgarle la responsabilidad a otra persona; pero él responderá en la justicia y se sabrá toda la verdad, porque así lo ha dispuesto este juez”, sostuvo la fuente.
El informante indica, además, que empresarios, funcionarios y amigos del señor Mustafa Abunaba’a, padre de Karin, le han recomendado sacarlo del país por la gran cantidad de problemas que ha tenido éste.
Mejía-Ricart pide, entre otras cosas, que se condene a Abunaba’a a cinco años de prisión por su acción violatoria y al pago de RD$500 millones por la justa compensación a los daños y perjuicios causados.
Explicó que en fecha 11 de septiembre de este año, Abunaba’a le invitó a su oficina, en su calidad de abogado del señor Vladimir Mencia Capellán, a los fines de llegar a un acuerdo sobre una deuda que este posee con su cliente.
L reunión éste la habría utilizado única y exclusivamente a los fines de burlarse de Mencia Capellán, razón por la cual el querellante la terminó luego de 20 minutos, por entender era estéril y al salir de la oficina del querellado, éste último empezó a lanzar improperios e insultos, a lo que respondió diciéndole que si el asunto era personal podrían resolverlo de esa forma.
Al bajar al parqueo, contó Mejía-Ricart, más atrás lo hizo Karin, quien sin mediar palabras se dirigió a un jeep, sacó una metralleta y le hizo un disparo al querellante, no pudiendo alcanzarlo.
En esa ocasión, Mejía-Ricart se querelló por ante el procurador fiscal adjunto, Máximo Rodríguez González, quien desestimó el caso, que el pasado 11 de noviembre fue ordenado reabrirse por el doctor Berroa Hiciano.