Estados Unidos.- En la saga racial de Barack Obama se está abriendo un nuevo y sorprendente capítulo: Mucha gente opina que el "primer presidente negro" de los Estados Unidos en realidad no es negro.
El debate sobre si a este hijo de una mujer blanca de Kansas y un keniano negro debe describirse como "afroestadounidense", "mulato", de "raza mixta", "multirracial" o, como dice el propio Obama, una "cruza", ha ganado fuerza desde que la elección del senador de Illinois acabó con muchos mitos sobre el tema racial.
Obama dice que se considera un "afroamericano". "Así me tratan y así me ven. Y me enorgullezco de serlo", expresó. En otras palabras, el mundo no le dio a Obama otra salida que ser negro y él no tiene problemas en identificarse como tal, pero el mundo ha cambiado desde que el joven Obama encontró su lugar en él.
Los matrimonios entre personas de distintas razas y la declinación del racismo están replanteando muchas cosas.
Durante su campaña en busca de algo que parecía inalcanzable _ la presidencia _ Obama recibió un trato muy distinto al que recibieron otros negros en el pasado. Incluso muchos negros y personas de raza mixta no lo ven como negro.
"Está desapareciendo" la noción de que esa gente de piel oscura llegada de tierras lejanas eran una propiedad más que una persona, o que eran enemigos, afirmó Marty Favor, profesor de estudios africanos y afroestadounidenses de la Universidad de Dartmouth y autor de "Authentic Blackness".
"En 1903, W.E.B. DuBois dijo que el gran dilema del siglo XX era el de la barrera del color, que era una visión simplista en la que se dividía el mundo en blanco y negro", declaró Favor, quien es de raza mixta. "Este es un momento en el siglo XXI en el que estamos dejando esa visión atrás".
Rebecca Walker, una escritora de 38 años de piel color caramelo con ascendencia rusa, africana, irlandesa, escocesa y de los nativos americanos, comenta que se definía como "integrante de la raza humana", lo que no le caía bien a la gente.
Entonces decidió volver a usar los términos multirracial o birracial, "pero sólo porque todavía no hemos podido superar la necesidad de una identificación racial y de ser asociados con una cultura específica".
"Claro que Obama es negro y al mismo tiempo, no lo es", dijo Walker. "Es blanco y no lo es. Es lo que la gente quiera ver en él. Es un montón de cosas y ninguna de esas cosas excluye necesariamente a la otra".
El representante G. K. Butterfield, un negro de piel clara que a simple vista parece blanco, opina distinto.
Butterfield, de 61 años, es parte de una familia negra prominente de Wilson, Carolina del Norte. Sus padres tenían ambos antepasados blancos "y esos genes se juntaron cuando nací yo".
Pasó su infancia en barrios negros, participó en las marchas por los derechos civiles de los negros y hasta hoy le dice a la gente que no es blanco.
Butterfield decidió quien era él. Dice que debe dejarse que Obama haga lo mismo. Obama eligió la herencia con la que se siente mejor", manifestó. "Su apariencia física es la de un negro. No creo que pueda haber elegido ser de otra raza. Si dijese que es blanco, la gente se reiría en la cara".
"Uno es producto de sus experiencias", agregó. "Yo, un legislador nacional, me siento un tanto incómodo cuando estoy entre blancos. No tenemos la misma visión del mundo, nuestras experiencias son muy diferentes".
Muchos de los dilemas actuales datan de la vieja regla de "una gota", nacida en la época en que los dueños de esclavos tenían relaciones con sus esclavas y procreaban niños mulatos o morenos. Si el bebé tenía aunque fuese una gota de sangre negra, no podía ser considerado un ciudadano con todos los derechos.
Hoy, la variedad de tonalidades que hay entre los afroestadounidenses, incluidos los que tienen ambos padres negros, refleja la presencia de antepasados blancos.
Dado que muchos negros tienen una piel lo suficientemente clara como para pasar por blancos, es posible que haya una cantidad de blancos que tienen negros entre sus ancestros.
Un libro, "Black People and their Place in World History" (Los negros y su lugar en la historia), de Leroy Vaughn, afirma que cinco presidentes estadounidenses _Thomas Jefferson, Andrew Jackson, Abraham Lincoln, Warren Harding y Calvin Coolidge_ tuvieron ancestros negros, lo que convertiría a Obama en el sexto presidente de esa raza.
Agréguele a eso algunos siglos de contacto con indios nativos y con centro y sudamericanos, además de numerosos asiáticos, y resulta que hay una enorme cantidad de personas que necesitarían someterse a un análisis de ADN para saber cuáles son sus verdaderos colores.
Sin embargo, el mundo nunca tuvo un caso tan resonante que ilustre los dilemas en torno al debate racial. Apenas resultó elegido Obama, se avivó ese debate.
"No nos olvidemos que no solo es el primer presidente afroamericano, sino también el primer candidato birracial. Y que fue criado por una madre soltera blanca", resaltó un comentarista de la cadena Fox News poco después de que Obama fue confirmado como el ganador de las elecciones.
El escritor Christopher Hitchns, por su parte, dijo en la BBC: "No tenemos nuestro primer presidente negro. No es negro. Es tan negro como blanco".
Una tira cómica publicada al día siguiente de las elecciones muestra a varios soldados celebrando. "Es mitad blanco, tu sabes", dice un soldado blanco. “Te debes sentir muy orgulloso", le responde otro.
El orgullo es un componente básico de la identidad racial y algunos blancos se sienten ofendidos porque Obama no se identifica con su madre blanca o asombrados de que alguien prefiera ser negro en lugar de blanco.
"No puede ser un afroestadounidense. Es un 50% blanco y un 50% negro, pero la mitad es mejor que nada", comentó Ron Wilson, de Plantation, Florida, en una carta publicada por el diario Sun-Sentinel.
Los esfuerzos por pintar de blanco a Obama no le caen muy bien a muchos afroestadounidenses, que opinan que, ahora que finalmente lograron esta enorme victoria, quieren cambiar las reglas de juego para restarles mérito.
"Hay alguna gente que está realmente confundida", señaló Favor, el profesor de Dartmouth. "Otros, en cambio, quieren que Obama sea considerado un presidente blanco, dando a entender que la condición de negro de Obama se ve mitigada por el hecho de que es de origen birracial".
Muchos morenos sostienen que Obama no es el primer presidente negro sino "nuestro primer presidente birracial, bicultural, un puente entre las razas, un símbolo viviente de tolerancia, una señal de que hay que dejar de lado las etiquetas raciales estrictas", como dijo Marie Arana en un artículo publicado por el Washington Post.
Obama es además un puente entre distintas eras. "Cuando yo era chico, no existía la categoría ‘multirracial’", dijo John McWhorter, del Centro para la Raza y la Etnicidad del Instituto Manhattan, quien tiene 43 años y es negro. "En las décadas de 1970 y 1980, si uno de los padres era negro y el otro blanco, se lo consideraba negro. Eso está cambiando ahora".
"Estamos en un período de transición" en relación con la categorización de la gente según su raza, opinó McWhorter. "Creo que dentro de 20 años, la noción de que están los negros y los blancos y le resto debe buscar una identidad, parecerá un concepto muy anticuado".
En su libro "Sueños de mi padre", Obama dijo que, de niño, "no tenía idea acerca de quién era yo". En la universidad se identificó con los negros, lo que no fue bien visto por quienes se definían a sí mismo como birraciales.
En la etapa inicial de la campaña presidencial, algunos negros que participaron en las luchas por los derechos civiles de ese sector dijeron que Obama no era "lo suficientemente negro".
En las elecciones presidenciales, cuando el voto blanco fue decisivo, se empezó a decir que "soy demasiado negro", bromeó Obama. "La gente cambia de parecer dependiendo de la hora del día".