En momentos en los cuales 2008 va dando la espalda a un siglo que avanza, la noticia de que se gasta 180 veces más en armas que contra el hambre se abre paso entre las increíbles realidades.
Fue un informe difundido por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), quien habló del gasto mundial en armamento militar, el cual creció un 6 por ciento hasta los $1.4 billones en 2007.
Señala dicho texto que “los gobiernos destinaron más de $1.4 billones al gasto militar el pasado año”.
Comercio, petróleo, droga, seguridad, cambios climáticos, así como los Objetivos del Milenio han estado en el tapete de las conversaciones de los jefes de Estado, entre ellos, del presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández.
América Latina y el Caribe continúan siendo vulnerables “a los choques externos y se encuentran en situación de incertidumbre ante el nuevo escenario de crisis económica mundial, fundamentalmente en lo que concierne a la seguridad alimentaria de las poblaciones”.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) observa constantemente la situación del hambre en la región y predice estrategias que deben implementar gobiernos y sociedades civiles en sus intentos de erradicarla.
A los desafíos de cumplir el derecho a la alimentación se imponen cifras que parecen inverosímiles. En todo este período, el alza de los precios de los alimentos elevó a 51 millones el número de personas con hambre en 2007, y según la FAO, en 2008, el número es aún mayor.
O sea, que el hambre ataca como fiera insaciable y entre los más afectados están los niños, niñas y adolescentes. Sin hablar de la desnutrición crónica, que aflige al 44% y 50% de la población en la región. De ellos, muchos son dominicanos y dominicanas.
Nada, que los desafíos de 2009 son mayores que los de años precedentes y la pregunta sigue siendo si alguna vez los productores de armas comprenderán lo que significa gastar 180 veces más en armas que en la batalla contra el hambre de tantos seres inocentes.
