Conversando con algunas amistades pregunté qué significaba el trabajo para cada cual. Sus respuestas y opiniones las deseo compartir y comentar:
Dijeron que tener empleo es: seguridad, estabilidad, una fuente de ingreso, satisfacer necesidades básicas, elevar la calidad de vida, una distracción así como la posibilidad de desarrollo y capacitación profesional.
Esa necesidad vital de cada persona que se siente útil, sana y desea vivir en plenitud, porque el recurso más importante de una institución privada, estatal social, política o religiosa es el ser humano. Sí, somos esos hombres y mujeres que integran la categoría histórico social de ser humano no siempre bien definida o mejor dicho, con evidentes desigualdades en su definición.
También hay que valorar para mujeres y hombres, la igualdad en las oportunidades, donde se incluye la ocupación laboral, porque la eficiencia y productividad en el trabajo, significan el objetivo esencial para quienes integran el proceso de creación de bienes y servicios con los cuales se reciben el ingreso salarial para satisfacer legalmente sus necesidades económica esenciales.
Los datos estadísticos de la ubicación de la fuerza de trabajo no especifican diferencias de sexo y quedan indefinidos los avances de las féminas en su incorporación a la fuerza productiva remunerada y su desarrollo, lo que significa una indudable mejora para asegurar la estabilidad económica de cada población.
Para garantizar que esta ubicación laboral efectivamente sea eficiente y responda a la necesidad de crecimiento de la fuerza productiva, resulta imprescindible que cada persona posea la capacitación adecuada que exige integrar la población activa.
Precisamente ahí, las mujeres están convocadas a elevar al máximo su nivel y disfrutar de los resultados promovidos por las acciones afirmativas de Sensibilización de Género, propiciadas por las organizaciones de mujeres.
Como señala el ingeniero Enrique Bracamontes Morales, “La capacitación como parte de la estrategia de desarrollo permite mejorar los resultados de los centros laborales, mediante la atención de necesidades especificas de conocimientos, habilidades y aptitudes,…. el empleo es la manifestación más evidente de la forma en que el país utiliza sus recursos humanos disponibles y refleja con ello su potencial económico.”
La herramienta de género adquiere nuevas proporciones cuando se analiza la presencia femenina en el mercado laboral, en el análisis de la promoción a los cargos de dirección, en el cumplimiento del horario profesional y en la comprensión de una fuerza de trabajo joven útil, vital que también se encuentra en edad fértil.
Y los prejuicios emergen silenciosamente. La lucha es larga. Y las interrogantes durante las entrevistas determinan las decisiones del empleador o empleadora, no se diferencian en sus conceptos: ¿Es casada? ¿Tiene hijos, hijas? ¿Con quién vive? ¿Está embarazada? Sus respuestas determinarán si la joven recién egresada universitaria o de tecnológico, trabajará por su cuenta, en el sector informal o simplemente deberá esperar tiempos mejores.
*Maestra en Ciencias de la Comunicación.
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