Pero antes de derrotar a los Nuggets 109-91 el lunes, el entrenador de los Hawks, Mike Woodson, propuso una ambiciosa expectativa para su sorprendente club: 50 victorias.
Y con una marca de 20-10 después de 30 partidos — empatados con San Antonio con la quinta mejor marca de la liga — parecen encaminados a alcanzarla.
"El punto sobre el que hemos estado hablando es hacer el intento de ganar 50 partidos", dijo Woodson. "Ése ha sido el objetivo de nuestro equipo de básquetbol. Son 13 partidos más que el año pasado, así que no es poco realista. Siempre les digo a los muchachos, ‘Si pudieron llevar a Boston a siete y ganar tres partidos, no hay equipo al que no puedan vencer’".
Los jugadores de los Hawks con los que hablé parecían cómodos con este objetivo, aunque reconocieron algo avergonzados que no son expertos en lo que hace falta para a ganar 50.
"Nunca he estado en un equipo de 50 triunfos", dijo Marvin Williams. "Pero sabemos lo que se siente perder 50, y nunca queremos volver a estar en esa posición".
Atlanta volvió a pisar terreno desconocido el lunes –el triunfo marcó la primera vez que los Hawks ganaron 20 partidos antes del 1° de enero desde 1987-88. Tres de los cinco titulares de los Hawks, incluyendo a Williams, todavía usaban pañales en aquella época.
El tercer hito de la noche fue el cierre de una monumental seguidilla de ocho partidos en casa, que completaron con una marca de 7-1.
La única derrota fue por un pelo y ante los campeones reinantes, los Boston Celtics. Al principio de la temporada, los Hawks estaban algo preocupados por la bizarra distribución de su calendario — Woodson dijo que nunca había tenido una seguidilla de ocho juegos locales en los 26 años que lleva en la liga, y en marzo vuelven a disputar 12 de 13 en el Philips Arena; pero en el medio tendrán que jugar 15 de 21 partidos fuera de casa.
Puertas adentro, los directivos de los Hawks esperaban sacar una marca de 5-3 o 6-2 de estos ocho partidos, pero superaron sus objetivos y lo hicieron con estilo. Los Hawks castigaron a un conjunto de Nuggets sin Nené con golpes al cuerpo y luego se valieron de una serie de largas dagas de Mike Bibby para terminar con ellos. (Nené quedó afuera a último minuto con un tirón en el cuello, y los directivos de Denver no estaban nada contentos.)
En todo momento, la defensa de Atlanta se mantuvo firme; Joe Johnson y Marvin Williams fueron los más destacados. Como casi siempre lo hace ante los armadores sólidos, Joe Johnson se enfocó en Chauncey Billups en vez de en Mike Bibby, y lo limitó a 11 puntos — anuló el triple favorito de Billups, limitándolo a un tiro de tres en cuatro intentos apresurados.
Mientras tanto, Williams, de 6’9 pies (2,06 m.), aprovechó su altura para limitar a Carmelo Anthony a cuatro aciertos en 17 intentos, y lo hizo con poca ayuda de una segunda marca. Las dos estrellas de Denver llegaron a estar lo suficientemente frustrados como para terminar con faltas técnicas en el último cuarto mientras el partido se les escapaba de las manos, lo que se está convirtiendo en una tradición para los Nuggets en Atlanta.
La defensa de Johnson sobre Billups fue particularmente notable — la mayoría de los jugadores estelares asumen tareas defensivas relativamente livianas para poder enfocarse en sus roles ofensivos, pero Johnson fue clave en ambos extremos de la cancha considerando la importancia de Billups en la ofensiva de Denver.
"Sólo fue un reto que me propuso el entrenador", dijo Johnson. "Sé que [Billups] a veces busca anotar, y cuando lo hacía, intenté hacérselo difícil. Sé que en transición le gusta subir y anotar triples, y estaba pendiente de eso".
Pero volvamos al otro desafío del entrenador Woodson: Ganar 50. Antes de este partido, Playoff Odds proyectaba que los Hawks terminarían con una marca de 50-32, así que es algo muy factible.
Pero Johnson, uno de los pocos Hawks que sí ha jugado en un equipo de 50 victorias, no toma nada por sentado.
"Tenemos una larga temporada por delante", dijo Johnson, haciendo referencia a la extensa seguidilla de partidos que tendrán que disputar afuera de casa entre hoy y marzo. "No hemos jugado muy bien de visitantes [últimamente]. Creo que al principio sí lo hicimos, así que tenemos que volver a salir con mucha energía y priorizando la defensa".
Los Hawks se encontraban 14° en eficiencia defensiva antes de este partido, y sextos en eficiencia ofensiva, así que Johnson no se equivoca al sostener que hay mucho espacio para mejorar. Pero con buena salud y más esfuerzos defensivos como el de anoche, es muy posible que los Hawks lleguen a pisar el terreno desconocido de los 50 triunfos.