Bruselas (EFE).- La guerra en la República Democrática del Congo (RDC) entre 1998-2004 causó 183.000 muertos y no los cuatro millones que se manejan habitualmente, según un estudio de dos demógrafos belgas expertos en ese país, informa el diario "La Libre Belgique".
Los expertos, André Lambert y Louis Lohlé-Tart, son dos de los tres demógrafos a los que recurrió la Comisión Europea para supervisar los procedimientos de registro de votantes en las elecciones legislativas y presidenciales en la RDC en 2005 y 2006.
Esas cifras, junto con el último censo (1984) y con la evolución de la esperanza de vida en el país desde 1956 les permitieron realizar una evaluación "científicamente fundada" de las víctimas
En realidad en esos seis años hubo varias guerras en la RDC, ya que hubo dos levantamientos rebeldes contra el Gobierno de Laurent Kabila, apoyados por los ejércitos de Ruanda y Uganda.
La cifra de cuatro millones fue avanzada inicialmente por International Rescue Committee, una ONG estadounidense, pero para calcular las víctimas indirectas del conflicto, y posteriormente (y convertida a número de víctimas mortales) fue esgrimida por las nuevas autoridades congoleñas por motivos de propaganda, señalan Lambert y Lohlé-Tart.
El estudio señala que en la RDC hubo un total de 7,7 millones de muertos entre 1998 y 2004, pero que los conflictos armados causaron únicamente una cifra aproximada de 183.000 víctimas mortales.
Si no se contabilizan los supuestos cuatro millones de muertos causados por la guerra, significaría que la esperanza media de vida del país habría llegado a los 60 años, cuando en realidad está estancada en torno a los 42 años.
Según los expertos, el mantenimiento de las bajas cifras de esperanza de vida, incluso en las provincias donde no hubo conflicto, se debió a los desastres del régimen dictatorial de Mobutu, derrocado en 1997 tras 32 años en el poder, "antes que a la guerra y sus consecuencias".
Por ello, aunque critican "las afirmaciones delirantes y, desgraciadamente, universalmente aceptadas" sobre los cuatro millones de muertos, también atacan el silencio de la comunidad internacional sobre Mobutu y su régimen.