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El Papa preocupado por las «muchas sombras que se perfilan en el horizonte»

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Ciudad del Vaticano.- El papa Benedicto XVI expresó hoy su preocupación por las "muchas sombras" que se perfilan en el horizonte y que inquietan a la humanidad, pero animó a los hombres a no desmoralizarse y mantener siempre encendida "la llama de la esperanza".

Benedicto XVI expresó esa inquietud en el discurso que dirigió hoy a los miembros de la policía italiana encargada de la seguridad externa del Vaticano, a los que recibió en audiencia para el tradicional intercambio de felicitaciones por el año nuevo.

"Comienza un nuevo año y muchas son nuestras expectativas y esperanzas. Pero no podemos esconder que en el horizonte se perfilan no pocas sombras que preocupan a la humanidad. No debemos desmoralizarnos, más al contrario, tenemos que mantener encendida la llama de la esperanza", afirmó el Obispo de Roma.

El Pontífice agregó que para los cristianos la esperanza es Cristo, "el único que puede renovar el corazón del hombre y convertirlo en un oasis de paz, el único que puede ayudarnos a construir un mundo donde reine la justicia y el amor".

Refiriéndose a los policías italianos que garantizan la seguridad exterior del Vaticano, el Papa Ratzinger dijo que cuando era cardenal y se encontraba con ellos siempre pensaba "en los sacrificios" que comporta ese trabajo, debido a los turnos que obliga la vigilancia del recinto vaticano.

Benedicto XVI agregó que esos sacrificios los hacen los policías, pero también repercuten en sus familias.

El Papa aseguró que el trabajo de esos policías es vivido como una misión, "un servicio al prójimo, que obliga a una constante vigilancia y a una armonización de la disciplina y la cordialidad y el control y la acogida de los peregrinos y de los turistas que vienen al Vaticano".

El Pontífice reconoció que a veces ese trabajo resulta poco gratificante, monótono y duro, "especialmente en las horas nocturnas y en los días en los que el clima es duro", pero les animó señalando que cumpliendo con su deber cada bautizado realiza "la propia vocación de santidad".

La seguridad exterior del Vaticano y de la plaza de San Pedro la garantiza la policía italiana, tal y como quedó establecido en los Pactos Lateranenses de 1929 con Italia, que fijaron el territorio del Estado de la Ciudad del Vaticano, el más pequeño del mundo, enclavado en la ciudad de Roma, a la derecha del río Tíber. EFE

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