Si se comprueba que el joven Agustín Minier Vargas, quien se cortó un dedo por el pago de diez mil pesos, es un enajenado mental, el señor Irving Domínguez, quien le pagó, es proclive de ser sometido por ante la justicia ordinaria.
Varios abogados opinaron que el autor o responsable de cercenarle un dedo de una de las manos a un joven supuestamente con trastornos mentales, podría ser enjuiciado de comprobarse esta patología en la víctima.
Afirman que en Código Penal establece sanciones para este tipo de delito.
El pasado 12 de enero un agricultor de la comunidad del Palo de Damajagua, en el distrito municipal de Maizal, permitió que le cortaran un dedo de una de sus manos a cambio de 10 mil pesos.
El joven Agustín Minier Vargas reside en la parte atrás de la gallera de esa localidad.
Entre los juristas que entienden que los responsables de la reprochable acción puede ser llevado a la justicia, está el doctor Adolfo Cerrano, quien sostuvo que si se comprueba que el agraviado padece problemas mentales, éstos deben ser sancionado. Aclaró que esa condición debe ser demostrada con una serie de documentos en los tribunales.
Explicó que una persona con problemas mentales no tiene consentimiento de sus actuaciones. Dijo que el Código Penal contempla ese tipo de delito y que contempla sanciones para la persona que influye en la comisión del delito.
En tanto, Alexander Pérez consideró que de comprobarse el trastorno mental en el joven, cabe el procedimiento penal para la persona que incurra en esta agresión.
Manifestó que en este caso hay lesiones que no son curables, por lo que considera el hecho como una acción de barbarie que hay que combatirla con los métodos legales.
Sin embargo, indicó que hay que ver si la persona que cometió el hecho tenía conocimiento de que el joven padecía de perturbaciones mentales.
Igualmente, el jurista Cecilio Mora dijo que un enajenado mental es como un niño que no tiene capacidad para decidir o tomar una decisión, razón por la que entiende que la persona que cometió el hecho puede ser sometido a la acción de la justicia para que responda por los hechos.
Cuestionado sobre el caso, el abogado Jorge Lora aconsejó que si el afectado tiene problemas neurótico, su consentimiento estuvo viciado, razón por lo que compromete la responsabilidad penal de la persona que innecesariamente le cortó el dedo.
Expresó que ese hecho es una acción de bestialismo y salvajismo de parte de quien cometió el hecho, por que dijo que los familiares del joven pueden actuar y someterlo a la justicia.
