Los vertederos que se observan en las zonas más concurridas y transitadas es causa de disgustos, quejas y preocupación en comerciantes, transeúntes y residentes del municipio Santo Domingo Este, quienes dicen estar agobiados por la contaminación emanada de los improvisados basureros.
En avenidas como la Charles de Gaulle, San Vicente de Paul, Simón Orosco y carretera de Mendoza, se observan grandes basureros que en muchos de los casos obstaculizan el paso de peatones y en tiempos de lluvias motivan la formación de enorme chacos de agua.
La acumulación de inmundicia ocurre pese a que los camiones recolectores del Ayuntamiento Santo Domingo Este (ASDE) la retiran hasta dos veces por días, según testimonios de vecinos.
El escenario se torna más crítico en los sectores de Mendoza, Villa Faro, Alma Rosa, Villa Carmen e Invivienda, donde los moradores están obligados a depositar la basura en las acereras de calles principales, porque los camiones recolectores no dan el servicio en las calles internas de esos barrios.
En todos estos barrios, las quejas son principalmente porque Ayuntamiento sólo se preocupa por recoger la basura que es dejada en las calles principales, y no se ocupa de retirarla de las calles interiores de esos sectores.
A lo largo de la avenida Charles de Gaulle se observan montones de desperdicios dejados por personas que lo llevan en sus vehículos y los llamados carretilleros, que tienen este oficio como una forma de ganar dinero.
En esta vía se forma un enorme vertedero justo a la entrada en la empresa Fama Muebles, cuyo punto es usado por los residentes del sector Mendoza para depositar los desperdicios. Según el propietario de la tienda, señor Farouk Atie, la basura se mantiene pese a que es retirada todos los días.
Atie dijo que el gran vertedero es limpiado todos los días a las 7:00 de la mañana, pero que al momento es abarrotado de desperdicios por los lugareños. Explicó que muchos carretilleros llevan partes de animales muertos que se descomponen en otros lugares.
Indicó que esa situación le ha originado una baja en sus ventas, porque el horripilante hedor ahuyenta los clientes, también en tiempo de lluvias forma un chanco de agua que impide el paso y acceso al lugar.
Un panorama peor se verifica a lo largo de la carretera de Mendoza, hasta donde los moradores de este sector, Villa Faro y Alma Rosa, entre otros, llegan y dejan la basura que producen.
En intercepción de la carretera de Mendoza con calle Ultramar en Villa Faro, justo en la acera de la colchonería La Nacional, se acumula tanta basura que por momentos ocupa parte de la calle provocando taponamiento del tránsito.
Los señores Louis Reyes y Manuel Tejada, con 10 años viviendo en el lugar, dijeron que la situación del vertedero es deprimente y desesperante, porque dueños de carnicerías depositan en el lugar despojos de animales que sacrifican, las que al entrar en estado de putrefacción esparce gusanos y un hedor insoportable.
En casi todas las calles de accesos a estos sectores y que colindan con la carretera de Mendoza se observan montones de basura que es dejadas por los residentes, alegando que no pueden tenerla dentro de la casa.
Mientras la señora Irma Rocha, residente en la calle 8 de Mendoza, calificó de horrorosa la situación, puesto que los camiones recolectores se tardan hasta dos semanas para dar el servicio, razón por la cual tiene que pagar a particulares para que la voten.
Igualmente, Matilde Germán, residente en Villa Carmen, afirmó que tiene que pagar entre RD$100.00 y RD$150.00 para que le voten la basura y explicó que por ese sector hace más de dos meses que no pasa un camión recolector.
Germán criticó que el personal del Ayuntamiento sólo se preocupe por mantener limpias las vías principales y los alrededores de los parques, donde además, ocupan grupos de personas para retirar los desperdicios.
No obstante, los residentes critican el descuido en el servicio, atribuyen la situación a la baja educación de la población. Muchos reconocen que los desperdicios son retirados a diario, pero que de inmediato los puntos son abarrotados.
En diferentes espacios escogidos para depositar basura, los lugareños colocan letreros en los que piden no dejar desperdicios, pero de nada sirve.
