Washington (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, firmó hoy en la Casa Blanca una serie de medidas para facilitar la independencia del petróleo extranjero y reducir las emisiones de gases invernadero.
Obama, que en su primera semana de mandato dedicó su atención a la política exterior, la reforma ética y la economía, se centró hoy en la política energética, una de las áreas en la que había sido más crítico con su predecesor, George W. Bush.
Estados Unidos "no quedará a la merced de unos recursos cada vez más mermados", afirmó el gobernante, e indicó que la independencia energética frente al petróleo extranjero será una de las prioridades de su mandato.
"Por el bien de nuestra seguridad, nuestra economía y nuestro planeta, debemos tener la valentía y el compromiso de cambiar", declaró el mandatario. En este sentido, anunció dos medidas que, según aseguró, sentarán las bases para lograr este objetivo.
La primera es una orden ejecutiva que instruye a su administración para hacer que los fabricantes de automóviles produzcan vehículos de consumo más eficiente para 2011.
También pidió a su Gobierno que se asegure de que para 2020 o antes la flota de vehículos estadounidense tenga un rendimiento de 35 millas (56 kilómetros) por galón de gasolina consumido (3,78 litros).
Una ley aprobada en el Congreso ya establecía ese objetivo, pero la Casa Blanca nunca puso en marcha medidas que permitieran cumplirlo.
A diferencia de la administración de su antecesor George W. Bush, que se resistió durante mucho tiempo a imponer medidas que obligaran a fabricar vehículos más eficientes, Obama aseguró que la regulación "no representa un peso añadido para la industria del motor, sino que la prepara para el futuro".
Asimismo, indicó, en su primer acto como mandatario en el Salón Este de la Casa Blanca, que el Gobierno debe colaborar con los estados en la imposición de estándares más duros a los vehículos.
California y otra docena de estados intentaron imponer límites más duros que los federales a las emisiones de gases de sus vehículos, pero el Gobierno de Bush los bloqueó en 2007.
En la segunda de las órdenes ejecutivas que firmó hoy, Obama instruye a la Agencia de Protección del Medioambiente, el organismo federal encargado de la supervisión ecológica, que revise aquellas decisiones contra las iniciativas estatales de imponer medidas más duras.
El presidente aseguró, en este sentido, que "se han acabado los tiempos en los que Washington arrastraba los pies".
Las iniciativas anunciadas hoy representan un nuevo golpe contra el legado presidencial de Bush, después de que la semana pasada Obama firmara una serie de decretos ley en los que ordena el cierre de la prisión de Guantánamo y las cárceles secretas de la CIA, pone fin a la tortura como método de interrogación y permite la financiación de grupos pro aborto en el extranjero.
También representan un paso adelante para cumplir algunas de sus promesas electorales de dar una mayor prioridad a la lucha contra el calentamiento global.
Bush, que se mostró escéptico durante la mayor parte de su mandato sobre el cambio climático, nunca impuso normativas para un consumo más eficiente de los automóviles.
En este contexto, el Departamento de Estado planea también el nombramiento de un enviado ante los organismos internacionales para la lucha contra el cambio climático.
Los medios estadounidenses indican hoy que ese enviado podría ser Todd Stern, un antiguo funcionario en la administración de Bill Clinton y que se encargó de representar a EE.UU. en las negociaciones del Protocolo de Kyoto entre 1999 y 2001.
El presidente del Comité de Energía de la Cámara de Representantes, el demócrata Henry Waxman, acogió hoy con satisfacción el anuncio del presidente, que consideró un "paso enorme y necesario desde hace mucho tiempo para lograr la independencia energética y para el medio ambiente".