Washington (EFE).- El Gobierno de EE.UU. se prepara para presentar en los próximos días una nueva estrategia para revivir el sector financiero y permitir que el crédito vuelva a fluir, anunció hoy el presidente Barack Obama.
En su alocución semanal de los sábados, distribuida por radio e Internet, Obama afirmó: "pronto, mi secretario del Tesoro, Tim Geithner, anunciará una nueva estrategia para revivir nuestro sistema financiero, que permitirá que el crédito vuelva a fluir a las empresas y las familias".
El presidente no abundó en los detalles de esa estrategia, aunque sí precisó que "al tiempo que impulsamos la creación de empleo también debemos garantizar que los mercados son estables, el crédito fluye y las familias pueden continuar en sus viviendas".
"Ayudaremos a rebajar los costes de las hipotecas y extender créditos a las pequeñas empresas para que puedan crear empleos", sostuvo el mandatario.
Se trata del intento más reciente hasta la fecha de encontrar vías para dar un impulso a la economía estadounidense, aquejada de una grave crisis.
Hasta el momento, el Gobierno de Obama ha puesto el énfasis en la aprobación de un plan de estímulo económico dotado con 819.000 millones de dólares, al que la Cámara de Representantes ya ha dado el visto bueno y que el Senado comenzará a examinar la semana próxima.
Cerca de 275.000 millones de dólares se destinarán al recorte de impuestos a las familias, y aproximadamente medio billón irá a parar a inversiones en infraestructuras, energía y nuevas tecnologías, en una estrategia que, según el presidente, permitirá crear o salvar más de tres millones de empleos.
Pero, la Casa Blanca insiste en que ese plan, muy criticado por la oposición republicana al considerar que hará poco por estimular la economía, representa sólo una parte de lo que es necesario para salir de la crisis, precipitada por el desplome del sector inmobiliario y su impacto en el sector financiero.
Esa medida, según la Casa Blanca, debe complementarse con unos mecanismos reguladores más precisos y con una aplicación más rigurosa del plan de rescate financiero que se aprobó en octubre.
El plan está dotado con 700.000 millones de dólares, de los que la Administración de George W. Bush ya desembolsó la primera mitad, sin resultados tangibles hasta el momento.
Obama ha prometido que su Gobierno desembolsará la segunda mitad mediante nuevos parámetros de transparencia y prioridades diferentes, como las ayudas al sector inmobiliario.
"Insistiremos en una transparencia sin precedentes, una supervisión rigurosa y una rendición de cuentas clara, de modo que los contribuyentes puedan saber cómo se gasta su dinero y si está dando resultados", declaró Obama en su alocución semanal.
El presidente no ofreció detalles acerca de cuándo podrían estar listas las propuestas que ofrecerá Geithner.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó ayer que a lo largo de la próxima semana el equipo económico de Obama mantendrá una serie de reuniones sobre la regulación del sector financiero.
Geithner ya comenzó esta semana una ronda de contactos en este sentido con el equipo económico de la Casa Blanca y las autoridades financieras, entre ellas el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
La alocución semanal de Obama llega tras una semana de malas noticias para la economía estadounidense.
A las informaciones de que las solicitudes de desempleo habían alcanzado casi los cinco millones de personas, la mayor cifra de todos los tiempos, el viernes se sumó la contracción del Producto Interior Bruto (PIB) en un 3,8 por ciento en el último trimestre de 2008, el segundo trimestre consecutivo y la mayor caída desde 1982.
"Pocas veces en la historia nuestro país ha encarado problemas económicos tan devastadores como esta crisis", declaró el presidente estadounidense, quien añadió que "ha llegado el momento de que los que estamos en Washington asumamos nuestras responsabilidades".