Los Ángeles (EE.UU.).- La 51 edición de los premios Grammy, en la que el rapero Lil Wayne y los británicos Coldplay parten como favoritos, convertirán mañana a Los Ángeles en la capital universal de la música.
Todo está listo en el pabellón Staples Center, cuyo aforo ronda los 20.000 espectadores, para coronar los mejores trabajos musicales del 2008 y dar cobijo a muchas de las más grandes estrellas de esa industria.
Wayne, aspirante a ocho premios -cinco de ellos en las categorías de rap- parte como máximo favorito, aunque tendrá como grandes rivales a Coldplay, con siete candidaturas y Jay-Z, Ne-Yo y Kanye West, con seis.
También deberá lidiar con la pareja formada por Robert Plant (ex Led Zeppelin) y Alison Krauss en el disco "Raising Sand", que pujará por cinco premios, al igual que Radiohead, John Mayer y la joven cantante de R&B Jazmine Sullivan.
La gran incógnita será quién se llevará el gramófono dorado al mejor álbum del año, una categoría en la que compiten Wayne ("The Carter III"), Coldplay ("Viva la Vida or Death and All His Friends"), Radiohead ("In Rainbows"), Ne-Yo ("Year of the Gentleman") y el tándem Plant/Krauss ("Raising Sand").
Durante la retransmisión del evento, realizada por la cadena CBS en directo desde las 17.00 (hora local), actuarán en el escenario artistas consagrados como U2, Radiohead, Coldplay -novatos en estas lides-, Paul McCartney, Stevie Wonder o B.B. King.
También estarán jóvenes talentos como Adele, Kanye West, Katy Perry, Jonas Brothers, Rihanna, Miley Cyrus o Jennifer Hudson.
Dentro de unos premios que históricamente se han decantado por el pop, el rock y el country, la edición de este año contará con un fuerte componente rap, cuyo momento de esplendor será la actuación conjunta de Kanye West, Jay-Z, T.I. y Wayne, para interpretar "Swagga Like Us".
Entre los presentadores de la gala, que durará unas tres horas y media, aparecerán las actrices Kate Beckinsale, Zooey Deschanel y Gwyneth Paltrow; los actores Jack Black, Morgan Freeman y Samuel L. Jackson; los grupos de rock Blink 182 y Green Day; además de las cantantes Leona Lewis, Sheryl Crow y Duffy, entre muchos otros.
Sólo los ganadores en once de las 110 categorías en liza serán anunciados durante la gala. El resto se dará a conocer horas antes en un evento previo presentado por los candidatos al Grammy Wayne Brady y Tia Carrere.
Las actuaciones en directo, los rostros de las celebridades y las reacciones, tanto de los premiados como de los perdedores, siguen siendo las claves que animan una retransmisión que el año pasado, en sus bodas de oro, logró una de las audiencias más pobres que estos premios hayan registrado.
A pesar del protagonismo de Amy Winehouse, que actuó vía satélite, la gala, lastrada por la huelga de guionistas, sólo enganchó a 17,2 millones de espectadores en EE.UU., mientras que hace escasos años las audiencias no bajaban de los 26 millones.
En esta edición, las notas de color pueden llegar de la mano de la rapera británica M.I.A., embarazada de nueve meses, quien tiene previsto actuar a pesar de que su parto está previsto para el mismo domingo, o del propio Wayne, conocido por su fuerte personalidad.
"El objetivo primordial de un espectáculo como éste es su imprevisibilidad", dijo Ken Ehrlich, productor de los Grammy.
"No buscamos partos sobre el escenario, pero sí queremos espontaneidad", agregó Ehrlich, quien aseguró que la organización de los premios no dará la espalda al actual momento, histórico a la par que crítico, que vive Estados Unidos.
"Son tiempos duros, pero también queremos reflejar los eventos que han ocurrido en este país durante los últimos tres o cuatro meses", comentó. "Es una oportunidad para celebrar y para ofrecer algo de alivio e inspiración", concluyó. EFE