Naciones Unidas.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó hoy el ataque talibán coordinado contra tres edificios gubernamentales en Kabul que dejó a 20 personas muertas, 11 de ellas civiles, y 57 heridos.
La portavoz de la ONU, Michele Montás, dijo que Ban se siente "horrorizado" por estos atentados que tuvieron como blanco "a personas e instituciones que tienen como cometido construir un futuro mejor para Afganistán".
"Este crimen horrendo fue cometido contra civiles inocentes con una total falta de respeto por la vida humana y la dignidad. Naciones Unidas se mantienen junto al pueblo afgano y su Gobierno en la condena de estos ataques", apuntó la portavoz.
Montás dijo que el secretario general traslada sus condolencias a las familias de los fallecidos y desea una pronta recuperación a aquellos que resultaron heridos.
El Ministerio del Interior afgano precisó que entre los 20 muertos hay siete policías, dos miembros de los servicios de inteligencia y 11 civiles, aunque una fuente del Ministerio de Sanidad consultada por Efe en Kabul situó en 26 el número de víctimas mortales y en 50 el de heridos.
Los ocho talibanes que integraban el comando terrorista, armados con rifles y granadas, también perdieron la vida, según la versión oficial.
Los objetivos de los atacantes fueron los ministerios de Justicia y Educación, y el Departamento de Prisiones, contra el que dos talibanes llevaron a cabo ataques suicidas, según las autoridades afganas.
Al Ministerio de Justicia llegaron cinco atacantes, aunque uno de ellos activó la carga explosiva que portaba antes de entrar en el edificio, mientras que sus acompañantes se atrincheraron en el interior.
El edificio fue rápidamente rodeado por las fuerzas de seguridad, que dieron muerte a todos los talibanes, aunque también se registraron bajas entre los agentes.
Pero el atentado más sangriento había tenido lugar poco antes en el departamento penitenciario de Khairkhana, en el norte de Kabul, donde dos suicidas hicieron estallar la carga explosiva que llevaban.
Este atentado coordinado, que recuerda al asalto terrorista a la ciudad india de Bombay en noviembre de 2008, se produce en la víspera de la primera visita a Kabul de Richard Holbrooke, tras su nombramiento como nuevo enviado especial de EE.UU. para Afganistán y Pakistán.
