Las personas tienen la creencia de que cuando se habla de “crisis”, significa que se está al borde del colapso, y esto no es así, todo en la vida vive cambios constantes que es lo que en definitiva produce su desarrollo (dialéctica).
Las instituciones pasan por un arco iris de crisis permanentemente. Las crisis pueden deberse a factores internos y/o externos. Los factores pueden coexistir y pueden manifestarse simultáneamente. Las soluciones a las crisis no se deben evadir, porque son acumulativas y explotan en el momento más inesperado. Los elementos o procesos que contienen ingredientes para producir cambios no deben postergar su discusión, debe agendarse ya que el pasmo con tiempo tiene cura, se identifican, se categoriza (identificar cuál es la contradicción fundamental) y se van solucionando permanente y constantemente. Existen muchos tipos de crisis como son: económicas y financieras, administrativas, de liderazgo, ideológicas, de gestión, estructural, etc, dentro de cualquier institución.
El Colegio Medico Dominicano no escapa a lo planteado. En los últimos tiempos hemos visto una actividad de fragmentación de los movimientos gremiales, la aparición de nuevos grupos y nuevos liderazgos gremiales, la lucha de lo nuevo y lo viejo al interior de los grupos, la pérdida de los principios que dieron origen a nuestro centenario gremio, el no percibir el paso de Asociación Médica a Colegio Médico, la no actualización y confirmación de nuestra misión y visión como Colegio Médico, falta de democracia interna, violación de las leyes y los procedimientos, la falta de herramientas de planificación y desarrollo como son la planificación estratégica de la gestión y el presupuesto, el sectarismo y culto a la personalidad, la falta de transparencia administrativa y de información, respeto a la institucionalidad, la falta de una propuesta sanitaria ajustada a las leyes de seguridad social 42-01 y 87-01, la poca integración y representatividad en los espacios que nos consigna la ley dentro del sistema de la seguridad social, la poca vinculación y defensa de los intereses del pueblo, las falta de estructuración de proyectos como son: de vivienda, vehículos, investigación en salud, educación continuada, infraestructura económica, deportivo y cultural, tecnológicos, ausencia de un portal de Internet, falta de operatividad administrativa de las filiales, falta de determinación en la erradicación del ejercicio ilegal de la medicina, los problemas no menos importantes de las ARS y nuestros planes sociales, etc.
Como queda demostrado, la lucha por un aumento salarial, a la cual nadie se opone, no es la única, ni la más importante actividad del Colegio Médico Dominicano.
El CMD cuenta con más de 20 mil miembros en su base de datos, números exactos que se desconocen por falta de actualización. Sus ingresos son, fundamentalmente, por la cuota de sus miembros recaudadas administrativamente por dos (2) fuentes: SESPAS y el IDSS, los cuales aportan a la gestión de manera inexacta por encima de los 80 millones de pesos.
De los miembros del CMD en más del 85% de los casos no tienen vivienda propia, más del 75% no tienen vehículos, y los que los tienen en su mayoría son viejos e inservibles, se anquilosan en los campos y las ciudades por falta de una educación continuada. Todas estas necesidades sentidas antes señaladas, que es la acumulación de una deuda social de gestiones gremiales, son las que nos hacen afirmar la tesis de que existe una crisis en el CMD, que de no darle solución de manera oportuna y satisfactoria se manifestará más abrupta, violenta y profunda, y removerá todo su cimiente y para bien, producirá un despertar, un cambio estructural, de actitud, de mentalidad, entonces habrá Colegio. Frenar el proceso por necedad, prevaricación, ignorancia, etc., es poner en peligro la propia existencia del CMD.