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Aumento de suicidios en las cárceles alarma a las autoridades brasileñas

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Brasilia (EFE).- Los suicidios en las cárceles de Brasil han aumentado un 40 por ciento en los últimos dos años, lo que ha alertado a las autoridades y generado sospechas de que en realidad se trata de asesinatos encubiertos, informó hoy la prensa local.

Un informe del Departamento Penitenciario Nacional publicado por el diario O Globo señala que la población de las prisiones del país era de 422.373 detenidos a fines de diciembre pasado y que en el año 2008 se registraron 1.220 muertes atrás de las rejas.

Lo que más alarmó a las autoridades fue el número de suicidios, que llegó a 108, contra los 77 que se habían registrado en 2006.

Según fuentes del Ministerio de Justicia citadas por el diario, se teme que "los líderes de las bandas (que controlan las prisiones) están forjando suicidios de los presos que no obedecen la ley del crimen" y en realidad son asesinados.

Las estadísticas de suicidios en las cárceles superan también a las que se registran en la sociedad brasileña. Datos oficiales dicen que en Brasil sucede un suicidio cada 22.331 personas, mientras que en las prisiones esa misma proporción se eleva a un caso cada 4.354 presos.

O Globo afirma que, en cárceles del estado de Sao Paulo, incluso ha habido casos de asesinatos que han sido incluidos en la lista de muertes por causas naturales. "Hay detenidos que son obligados a tomar una mezcla de agua con cocaína, que les acaba produciendo una parada cardíaca", afirma el periódico.

El director del Departamento Penitenciario Nacional, Airton Michels, admitió en declaraciones a O Globo que en los penales del país "las condiciones son medievales" y "no se cumple la ley".

Según el funcionario, el problema básico es la superpoblación, que lleva a que "en prisiones con capacidad para 300 presos haya 900".

Michels también reconoció que en muchas cárceles son los propios presos y no los guardias los que tienen buena parte del control. "Los agentes no se preocupan con cuidar a los presos, porque tienen que preservar su propia vida y tienen razón", apuntó.

Según Michels, el Gobierno está empeñado en resolver la situación y planifica la construcción de nuevos penales, para paliar un poco el problema del hacinamiento, pero "está todavía muy lejos de resolverlo".

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