En mi calidad de coordinador el Comité Permanente 9 de Febrero de 1966, recibí una llamada telefónica de Juan Francisco Vargas, donde me decía que Felicita Heredia, había ido a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), cumpliendo la encomienda de solicitar dos coronas de flores para los actos del 43 aniversario del ametrallamiento del 9 de febrero de 1966, y que un funcionario había dicho que la UASD estaba en crisis económica y no podía dar dos arreglos florales, sino uno.
Le respondí que estaba bien, que buscaríamos la forma de comprar la otra.
Faltando 24 horas para la celebración del homenaje que cada año realizamos en el mismo lugar donde tropas invasoras de la llamada Fuerza Interamericana de Paz FIP y de la policía, ametrallaron a los estudiantes de las escuelas, los liceos y de la UASD cuando exigían un aumento del presupuesto, precisamente para la UASD, la desocupación de los planteles y la salida de los invasores, llamé al compañero Iván Rodríguez, diciéndole lo sucedido, y pregunté si él o Marino Santana, dos destacados miembros del Comité Permanente podían comprar las coronas.
Vaya sorpresa, Iván me respondió –Santanita, tú sabe que el año pasado fui a la UASD y cuando le planteé a Eddytrudis Beltrán esta misma situación de la compra de las caronas me invitó a que saliera al jardín de la UASD, tomara flores e hiciera las coronas, porque la UASD no tenía dinero para eso.
Mi reacción fue de indignación recriminándole a Rodríguez por no haberme dicho eso cuando sucedió y le sugerí que si él o Marinito no podían comprar las dos coronas, mediante una carta rechazarámos la que la UASD enviaría para el 43 aniversario.
Me dijo que sí, y entonces respondí: le voy a hacer una carta al rector de la UASD, que es la que a continuación reproduzco:
Doctor Franklin García Fermín
Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD-.
Distinguido rector.
Por medio de la presente informamos que el Comité Permanente 9 de Febrero del 1966, en vista de que la Universidad Autónoma de Santo Domingo –UASD-, está en plan de austeridad, que le impide según uno de sus vicerrectores costear dos coronas de flores para la celebración del 43 aniversario de la masacre frente al Palacio Nacional, hemos decidido no recibir el aporte de una corona, que dice dicho funcionario es lo que puede pagar.
Esperamos que de esa manera la UASD pueda superar la crisis económica que tiene, ahorrándose la suma que gastaría en la compra de la corona.
Lamentamos que esta conducta se repita en su rectoría porque en una actividad anterior, el vicerrector Eddytrudis Beltrán, cuando el compañero Iván Rodríguez, directivo del Comité Permanente 9 de Febrero de 1966, solicitó las coronas, lo invitó a que saliera al jardín de la rectoría e hiciera las coronas con las flores que estaban en ese lugar porque la UASD no tenía dinero para eso.
Esta conducta de funcionarios de la UASD deja mucho que desear, toda vez que la sangre derramada por el estudiantado de primaria, intermedia, secundaria y universitario frente al Palacio Nacional, fue precisamente cuando reclamaban el reconocimiento del Movimiento Renovador, un aumento del presupuesto a la UASD y la salida de las tropas de intervención.
La generación del 9 de febrero de 1966 no puede quedarse callada frente a esta ofensa de personas que por sus pronunciamientos desconocen estos hechos históricos y menosprecian a los que se sacrificaron para que ahora ellos ocupen posiciones en la UASD.
Esta es una agresión que no se puede pasar por alto, y por esa nuestra decisión de rechazar la corona.
Queda de usted con consideración y estima.
Periodista
Rafael G. Santana
Coordinador General del Comité Permanente 9 de Febrero del 1966.
5 de Febrero del 2009.
Esta fue la carta que previamente había notificado a Iván y Marinito que haría.
Enterado algunos miembros de dicha decisión comenzaron a llover llamadas e incluso presiones de algunos que hoy se creen dueños de la historia de ese 9 de febrero del año 1966, que tienen miedo hasta de estar vivos, y cuando se le presenta la oportunidad asumen el doble discurso, radical ayer, conservador y cobarde hoy. Como eso sucedió se lo cuento, y deseo compartir uno de los párrafos de la declaración que en este año 2009, dedicamos a la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y la impunidad:
“En este nueve de febrero del dos mil nueve, cuarenta y tres años después, podemos confesar que no era este el futuro que avizoramos, que no luchábamos por esta sociedad de hoy, que los que cayeron no murieron por este modelo de complicidades y miserias humanas, Y al hacer conciencia de nuestro objetivos y producir esta reflexión critica, lo hacemos con sentido positivo, propugnando por un cambio de rumbo, privilegiando las conciencias históricas democráticas y valorando a la juventud que hoy empieza a gestar en sus protestas electrónicas, en los parques, en sus convocatorias de duelo, en sus piquetes, la residencia y la unidad para sacar al país de su derrotero de infortunio y pesar”.
El gran José Martí proclamó que cuando las necesidades son grandes, el decoro debe ser mayor.
Loor eterno a los mártires del 9 de febrero de 1966.
Los que vivimos y tenemos dignidad, jamás olvidaremos este sacrificio, si poseemos vida, aún, sólo colocaremos una flor de decoro, recordación y lucha.
Aquí estamos, compañeros.