close

Cartas desde una isla, Indultada. (I)

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

Dos amigas de infancia, que por casi dos décadas se escribían después de la partida de una de ellas lejos de la isla ,donde una emigró ,por la falta de oportunidades, la mentira, la demagogia, la inequidad en la justicia, la sociedad diseñada para darle más a quien más tenía.

En aquel entonces, por la quiebra de un banco que se llevó todo el ahorro de su famila, quedando ellos en la calle, donde producto de esa desgracia, en esa época su madre murió de un infarto, al sentir la impotencia y la falta de justicia para ellos recuperar su dinero, de la manera que quienes se llevaron esos ahorros andaban disfrutando de ese patrimonio, le costó la vida. Lo habían adquirido sin nunca ocupar un cargo público, y mucho menos ser favorecidos por ningún político en alguna contrata. Esta familia se arruinó y se marchó del país, con una estocada en el centro de su alma.

Esta amiga huérfana, con rabia e impotencia y arropada por el dolor, se marchó con sus dos niños, Siempre mantenía contacto por cartas con aquella amiga, que se quedó en la isla soñando con un mejor país, integrándose a grupos que pensaban que todo podía cambiar.

Después de dos décadas y de tratar siempre en esas cartas los problemas que aquejaban a la isla, todo sigue igual, le contesta esa amiga que se quedó en la isla que acariciaba el sueño de que algún día todo cambiaría, que vendrían esos hombres formados con ideales y harían la diferencia a todo aquello que había sido ese espantoso en el pasado, y aún después de tanto, las cartas contestadas a esa amiga expulsada de la isla, rezaban así: “El dolor sigue siendo el mismo cuando esa tarde lluviosa te montaste en aquel avión, y juraste jamás pisar estas tierras. Como le solías llamar, tierra de nadie”.

Te digo amiga del alma, aquí estoy en esta isla indultada, temiéndole a las horas ,a los minutos y los segundos, en fin temiéndole al tiempo, temiéndole al aire, a los que administran justicia, igual débil con los desfalcadores de estados, los que quiebran bancos, aquí estoy temiéndole al ruido a los vendedores de sueños cada cuatro anos, aquí estoy entre huelgas, protestas, demandas más dignas salariales, entre sindicalistas; aquí estoy entre la iglesia católica, entre asociaciones “sin fines de lucro”; aquí estoy, entre el barrilito, la cámara de cuenta, entre limosnas de pensiones, entre cumbres, promesas, y grandes mentiras. Entre aquellos indultados, sentados en esa casa frente al Mar Caribe, desangrado el estado, por esos que sentados frente a este hermoso mar, lucen rozagantes, coloraditos y cada día se llevan un pedazo de la isla; esos que la ley para ellos no cuenta, donde el martillo de la justicia se detiene, son portadores de inmunidad desde los más altos estamentos.

Aquí estoy, amiga, entre las mismas mentiras y privilegios, entre las mismas faltas de oportunidades que te llevaron a emigrar hace casi dos décadas. Aquí continúo amiga, en esta isla indultada. ¡ Todo esta igual! …continúa…

Me despido.

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page