Unos 2,700 millones de euros, aproximadamente 4 mil millones de dólares, recibió el Estado español en el año 2008 por concepto del pago de impuesto al juego de lotería. La proporción para el mercado dominicano sería de 800 millones de dólares, unos RD$28,000 millones.
España y la República Dominicana están entre los países del mundo de mayor inversión en juego Per Cápita, por lo que colegimos que el segundo de los países ronda volúmenes extremadamente apreciables, y está en el sitial más alto como paraíso fiscal para la industria del juego.
El parque del juego dominicano está constituido por 31,000 bancas de lotería, entre las que se encuentran 6,183 que no pagan. 10,000 ilegales; 5,000 galleras, 1,400 bancas deportivas, 40,000 traga monedas, 100 casinos, 200 bingos; además de innumerables modalidades de juegos que no cabrían mencionarlos en este limitado espacio.
Lo peor es que este dinero es manejado sin ningún tipo de regulación por lo que se desconoce la cantidad sucia que pudiese provenir del narcotráfico y otras actividades ilícitas.
Además, la industria nacional, las personas físicas, el comercio, la industria del turismo, no resisten más gravámenes; pero el Estado, en su justo afán, para que esta crisis no golpee con fuerza a los más necesitados y esto, a su vez, genere un problema social serio, necesita estos recursos que, a todas luces, están manejados por incomprensibles personajes del bajo mundo que no quiere que se le regularice y grave, como lo hace religiosamente su competencia LEIDSA.
Las estadísticas en RD, respecto al juego son muy claras. RD$100 billones se juegan anualmente y apenas pagan un 2% de las ventas brutas, RD$2 billones.
En países como España y Colombia se tributan entre un 17% y el 20%; es decir, proporcionalmente unos 20 billones. Con una suma así cubriríamos una cartera media completa, o no menos del 50% del monto presupuestado para la Salud, Educación u Obras Públicas.
La resistencia al pago de los tributos de los operadores de Bancas de Lotería en Dominicana resulta inexplicable. Me pregunto: ¿Qué estará pasando por la mente de estos tahúres? Es decir, se resisten al pago de los impuestos bajo el amparo de la evasión, de una actitud patológica de codicia, ¿o por temor a qué?, a que se conozca el verdadero alcance de su transacción, o a la necesidad de continuar en el anonimato y en la informalidad porque es mejor estar en la sombra.
Estamos en el siglo XXI, en un estadio de cosas donde la estabilidad del Estado, de la sociedad, depende del pago de los tributos. En cualquier país del mundo el no pago de los impuestos es una acción penal, la cárcel es el sostén inmediato. Son acciones vividas hace 10 años, superadas por la sociedad, el comercio y los sectores empresariales en general.
La evasión fiscal en RD en estos momentos alcanza un 16% y, de ella, la industria del juego tiene el 80%.
En fin, sugerimos a los miembros de este producto nacional, que se incorporen al accionar del país, al bienestar del pueblo dominicano, a la salud, a la educación, y a todo aquellos bienes de interés general que se encaminan a devolver a los más humildes, aquello que les hemos arrebatado por equivocar sus sueños.
Nuestra recomendación: negocien, busquen la mejor manera de que sus negocios se fortalezcan, están en su mejor momento, aprovechen la coyuntura para consolidarse, mejoren el porvenir de ustedes y de los suyos, de lo contrario estarán cayendo al vacío.
