El doctor Julio Cury denunció que políticos, intelectuales y profesionales abiertos a tendencias permeables, se han comprometido con la actual administración de gobierno para desacreditar a la Suprema Corte de Justicia.
El abogado aseguró que plumas de alquiler, voceros interesados y abogados a quienes se les han prometido nombramientos en la Sala Constitucional que propone instituirse a través de la reforma constitucional, se han dado a la tarea de cuestionar la integridad y capacidad de los miembros del más alto tribunal para concitar apoyo y colar sin sobresaltos por el Congreso dicho proyecto.
“Causa vergüenza observar cómo los intereses en juego discuten la honradez de los jueces de nuestro más alto tribunal, cuya dignidad está por encima de las aberraciones que contra ellos escriben y dicen sus detractores. Pueden equivocarse al aplicar las sanciones que prevé la ley, pero eso no debe llevar a nadie a arremeter contra sus méritos y dignidad”.
Cury declaró que “la seudo igualdad de todos ante la ley que prevalecía antes, donde los más afortunados, recurriendo a la venalidad judicial o a la protección política, escurrían las sanciones llamadas a consagrar la paz social, es ya parte de la odiosa historia reciente”.
Dijo que muchas de las decisiones de la Suprema Corte de Justicia adoptadas al margen de influencias de sectores políticos y profesionales que tradicionalmente la tutelaban, han generado molestias e inconformidades, y de acuerdo con Cury son precisamente esos sectores los que hoy abogan por reducir considerablemente el perímetro de sus atribuciones.
Llamó a la sociedad a abandonar la pasividad que ha venido observando con relación a las pretensiones de rebobinar los avances judiciales alcanzados durante esta última década, pues en su opinión “la Justicia está aún en trance de parto, y del valor de un grupo selecto, responsable y decente que forme un núcleo de defensa del Poder Judicial, depende que no involucione”.
El reconocido abogado respaldó la propuesta de Jorge Subero Isa de constituir un movimiento de apoyo y se ofreció a integrarlo “no solo para defender los notables logros de nuestro sistema judicial, sino también para hacer conciencia entre los legisladores de las peligrosas consecuencias que el proyecto de reforma constitucional pudiera comportar en perjuicio del nuevo concepto de justicia que viene forjándose desde 1997, y cuyo saldo en caso de aprobarse sería innegablemente deficitario para toda la sociedad”, apuntó Cury.