Si algún temor tendríamos cada uno de los y las periodistas de este multimedios DominicanosHoy.com, y nos atrevemos a hablar en nombre de cada uno de nuestros colaboradores y articulistas, es el de no cumplir con nuestro mayor encargo en esta profesión y su sentido ético ante la vida, relacionados indefectiblemente con un compromiso absoluto con la verdad.
Quizás decenas de miles de seres en todo el territorio nacional ansíen expresar lo que la abogada, escritora y columnista, Sonia Vargas, denuncia con frases y criterios propios en cada una de sus historias, aquí publicadas.
¿Será que quienes gritan con hipócritas voces la tan cacareada democracia, sólo se están refiriendo a una parte de ésta y no al contexto íntegro de dicho contenido?
A Vargas la han amenazado, nada menos que de muerte, por vía telefónica, debido a los planteamientos expuestos en su reciente trabajo “Cartas desde una isla, Indultada” y según sus propios criterios, “no descarta que las amenazas provengan de sectores del gobierno, con los cuales ha tenido algunas diferencias”.
Importante es que la colaboradora y columnista de DominicanosHoy.com presente una querella ante la Fiscalía del Distrito Nacional, y alerte por esta vía los peligros que corre y cuanto pudiera sucederle, ya fuera en el tono de posibles agresiones, o por lo que está teniendo lugar en estos momentos. Para nadie es un secreto que las llamadas de intimidación son una flagrante violación a los derechos e integridad de cada ser humano.
De todos modos, ya que al parecer DominicanosHoy es leído también por personas sin escrúpulos, ni conceptos acerca de lo que debe ser un periodismo ético y de opinión, donde cada quien ejerza con libertad individual su derecho a expresarse y poner a la luz cuanto considere que no ande bien en la sociedad que ama y defiende; a esos individuos les recordamos que lo innoble sería callarlo.
También es oportuno rememorar que las dictaduras se acabaron en la República Dominicana; ¿o, no?
Vargas, mujer dominicana, profesional y sensible, sufre por las pérdidas de los valores de una nación en la que ella y su amiga de infancia, a quien dirige: “Cartas desde una isla, Indultada”, pusieron todas sus esperanzas.
De la falta de oportunidades, mentiras, demagogias e inequidad en la justicia; de una sociedad diseñada para darle más a quien más tenía, trata el artículo de opinión de Sonia Vargas publicado en estas páginas y quizás sería bueno concluir con sus propias reflexiones: “Aquí estoy, amiga, entre las mismas mentiras y privilegios, entre las mismas faltas de oportunidades que te llevaron a emigrar hace casi dos décadas. Aquí continúo amiga, en esta isla indultada. ¡Todo esta igual! …