Los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía viven en el rango de la pobreza, laboran en condiciones críticas, en medio de los salarios millonarios de los funcionarios de este gobierno y tienen que soportar unos indultos presidenciales a sectores que han estafado a la sociedad dominicana. Y para colmos son excluidos del sufragio nacional.
“El escenario estaba destinado hace algún tiempo, y el presidente Leonel Fernández lo utilizó, era su única vía para introducir lo que sería su mayor esfuerzo político de los últimos tiempos, y así, de manera oficial presenta su proyecto de Reforma Constitucional ante un Congreso que siempre le ha sonreído y complacido”, así reaccionó Candelier, ante el discurso presidencial en la Asamblea Nacional.
A pesar de lo extenso del discurso presidencial y de las variedades de matices tocados por el presidente, se podría resaltar como el momento cumbre, la firma que autoriza el proyecto de revisión ante la Asamblea Nacional, para que se inicien los debates entorno a su proyecto Reforma Constitucional.
Fue un discurso de campaña electoral, no una rendición de cuentas de su gestión de gobierno ante la Asamblea Nacional, señala Candelier. “Fue más de lo mismo, pero sin la brillantes, ni el impacto, de las ocasiones anteriores, no entusiasmo”.
El tema de la seguridad ciudadana, amplio y mucho más abarcador, quedó reducida al anuncio presidencial de la erradicación de la “lacras” de las Fuerzas Armadas y la Policía, como propuesta fundamental del gobierno en su contra la delincuencia en el país.
El deterioro de nuestras Fuerzas Armadas y la Policía se viene anunciando desde hace tiempo y el presidente de la República, que no escucha a nadie, se mantenía solo atento a su obra faraónica del Metro.
“La ausencia de una supervisión plena e eficaz por parte del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, permitió que valiosos militares y policías, sean hoy calificados de “lacras” y sus uniformes sean desgarrados, ante el doloroso silencio de sus compañeros de armas”, aseveró el ex general
El deterioro de las Fuerzas Armadas y policiales no escapa de la descomposición social y política del país. “Con sus cuarteles convertidos en “letrinas” y sus condiciones de vida, en el rango de la pobreza, los miembros de las Fuerzas Armadas son colocados en situaciones de vulnerabilidades”, criticó Candelier.
El presidente solo habla de la profundización de la profilaxia y de las depuraciones, en los cuerpos armados, sin tocar el fondo social de los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía. “Se requiere de una revolución estructural de nuestras Fuerzas Armadas y para ello hay que superar los viejos pilares de la “guerra fría” y hacerlas más participativas y democráticas”.
Los miembros de las Fuerzas Armadas son excluidos del ejercicio democrático más sagrado de los ciudadanos, que es el derecho al sufragio” deberíamos empezar por darle ese derecho a militares y policías, como lo hacen en la mayoría de los países del mundo”, propuso el general en retiro.