El encuentro lo motivó el comentario de la nota de prensa emitida por la Organización de Naciones Unidas (ONU), con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, a través de la cual se hace un llamado a hombres y mujeres a unirse en la lucha contra la violencia de género.
Exponemos a los lectores y lectoras de DominicanosHoy.Com las reflexiones de la antropóloga Diana López Castañeda, del Grupo Interagencial de Género de la ONU, relacionadas con la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres, violencia, discriminación, remesas, entre otros tópicos.
– Los feminicidios registradas en 2008, reflejan que cada semana mueren, aproximadamente, cuatro mujeres víctimas de la violencia de género ¿Cómo considera que intercede la ONU en esta difícil situación que vive la República Dominicana?
“En general, el mensaje del secretario de la UNU es un llamado de atención para que nos unamos en la lucha contra la violencia que perjudica a mujeres y niñas y las medidas que se deben tomar. Todos los canales de información posibles pueden hacer un cambio en la mentalidad, como se menciona en esta nota de prensa, lo que significa entender las muy diversas formas de violencia que se llevan a cabo, que no son sólo físicas, sino también verbal, psicológica y sexual.
“Las violencias verbales y psicológicas son aceptadas culturalmente y las mujeres admiten ser objeto de burla. Pero, esa transformación en la mentalidad obedece a un necesario cambio de las mujeres y las niñas como sujeto de derecho, como personas con voz, capacidad y sobre todo con igualdad ante la ley y la sociedad”.
– ¿Cómo instrumentar las acciones?
“Las agencias del sistema que trabajan el tema laboran en todo lo que tiene que ver con los sectores de seguridad, defensa de los derechos humanos, etc. Pero, cuando hablamos de unirnos, nos referimos al gobierno, a las instituciones civiles; e internamente, a las familias. Hay que visualizar el problema y movilizar los niveles básicos de la sociedad para que las campañas que se hagan, las medidas que se adopten, tengan un carácter comunitario. Hacer visible la culpabilidad del agresor por sus actos, no aceptarlo. Resulta imprescindible un cambio de mentalidad, para que las agresiones no sean permitidas por nadie”.
– ¿Cómo se tienen en cuenta los aspectos culturales en estas campañas preventivas?
“Todas las campañas se lanzan en los idiomas nacionales de cada país y por lo tanto se contextualizan. Se tienen en cuenta las cuestiones multiculturales, las diferencias existentes en cada nación”.
– ¿De qué manera percibe la invisibilidad de las mujeres en los Medios de Comunicación?
“Parafraseo las frases de una profesora, quien dijo que las mujeres no sólo deben ser inteligentes, si no demostrarlo continuamente. Los medios juegan un papel principal a la hora de modificar o cambiar los estereotipos. Si sólo ves o escuchas en la televisión, la radio o la prensa escrita que somos la parte dulce, linda, un poco lo ligero, entonces seguimos creyendo que no contamos con una capacidad analítica y racional como la pueden tener los hombres para realizar labores políticas, económicas y de trascendencia social.
“Los medios deben cambiar la manera de presentar a las mujeres; pero, también cuando ellas tienen acceso a dichos medios, su responsabilidad es con quienes no tienen voz ante los demás. Pienso en la vulnerabilidad de las mujeres rurales, las envejecientes o las niñas sin acceso a la educación, aquellas que por diferentes motivos no son conscientes de que son sujetos de derecho”.
– ¿Cómo cree que puedan transformarse estas formas de ver a la mujer?
“Creo que comienza por lo individual, saber que estamos pidiendo una reivindicación de nuestros derechos: hay que comportarse con madurez. Esa tendencia a una actitud paternalista hacia las mujeres nos infantiliza y quita la capacidad de lucha. Creemos que no podemos, porque somos más dependientes, porque hay que cuidar los hijos, pues ante todo somos madres y así nos limitamos. Pero, cuando se quita toda esa carga cultural y percibimos que podemos ser al mismo tiempo agentes de cambios sociales, ello determina una toma de conciencia y la capacidad de tener una voz. Muchas nos preguntamos cómo cambiar nosotras mismas”.
Migraciones y remesas
Los pasos de López Castañeda por comunidades emigrantes e indígenas, le han permitido ver de cerca la subyugación que sufren las mujeres en estas áreas sociales. En algunas regiones de la República Dominicana es significativa la participación de estas en las remesas que reciben sus hogares. En tal sentido reflexiona la especialista:
“El comportamiento es distinto, según las regiones. Por ejemplo, en Barahona existe una alta emigración femenina, lo que llamamos una feminización de la migración. Un número cada vez mayor de mujeres viajan al exterior de forma autónoma y son las proveedoras principales de sus hogares. Aquí hay un modelo más matriarcal: la mujer es el centro de la familia.
“En el Cibao es preponderante la migración masculina. Los estudios reflejan que son las mujeres las mayores receptoras de remesas. Ellas se encargan de administrarlas y servir de apoyo a núcleos familiares cada vez más amplios.
“Ese análisis de género de las remesas y el uso de estas, ha mostrado que existe una incidencia económica más positiva en los hogares donde las mujeres administran dichos recursos; sobre todo para dirigirlos a la salud y la educación de los miembros de la familia y quienes dependen de ella.
“Se ha visto que cuando una mujer envía las remesas para su núcleo doméstico, lo hace con un sentido de sacrificio de sus ideales personales y hasta sus proyectos individuales por las necesidades colectivas de la familia y si no lo hacen, se les ve como malas madres, malas mujeres y que no cumplen con su papel.
“Las mujeres que emigran son sancionadas socialmente cuando se dice que sus hijos se están convirtiendo en delincuentes por la falta de la madre. No se preguntan dónde está el padre. Otros estudios reflejan que algunos hombres utilizan el dinero enviado por ellas para el uso personal. Cuando esto sucede y se dan cuenta, rápidamente comienzan a mandarlo a sus madres y hermanas y así garantizan el sustento de los hijos”.
– ¿Cambia el rol femenino?
“Las mujeres proveedoras de sus hogares experimentan un reconocimiento dentro de este y sus comunidades, pues se convierten en agentes económicos fuertes, y al tener una autonomía económica adquieren capacidad de decisión sobre cómo emplear el dinero, controlarlo y ver en qué se usa. Tienen un mayor rol económico, pero también más responsabilidad”.
– ¿Considera que en estos tiempos la opinión pública está a favor de la lucha contra la violencia femenina?
“Creo que no, y este es mi criterio muy personal. El número de víctimas y agresiones crecen cada día. También han aumentado las denuncias y esto habla de la posibilidad que van encontrando las mujeres de poner a la luz los maltratos que sufren. Pero, como sentencia el llamado de la ONU: se necesita que hombres y mujeres nos unamos en esta lucha contra la violencia de género”.