Viena.- Los países de la ONU han consensuado la estrategia internacional sobre drogas para la próxima década, cuya negociación ha estado marcada por el enfrentamiento entre la mayoría de los países de Europa y América Latina con las posiciones lideradas por EEUU, informaron a Efe fuentes diplomáticas.
La negociación de la Declaración Política sobre drogas estuvo centrada en el concepto de "reducción del daño", apoyado de forma activa por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y todas las agencias de la ONU, pero que fue vetado del texto por EEUU, Japón, El Vaticano, Rusia, Italia y Colombia.
La delegación estadounidense alegó que el concepto resultaba "ambiguo", mientras que un grupo de países europeos -Alemania, Portugal, Holanda, España y el Reino Unido- trató hasta el último momento de incluir esa definición, incluso como pie de página.
Con "reducción del daño" se refieren las políticas de recambio de jeringuillas, promoción de la higiene y supervisión médica preventiva para poner coto a numerosas enfermedades como el sida y la tuberculosis.
Estas políticas tienen claros resultados positivos, según la OMS, que estima que el 10 por ciento de los nuevos casos de sida se deben a la utilización de jeringuillas usadas.
"El debate se centró en la oposición entre una filosofía punitiva con otro acercamiento más humano hacia las drogas", explicó a Efe un diplomático latinoamericano.
"La novedad es que la mayoría de los países latinoamericanos han estado más cerca en el debate de Europa que de Estados Unidos", agregó.
Altos cargos de Naciones Unidas, como el relator especial de la ONU sobre la Tortura, el relator sobre el Derecho a la Salud, y el máximo responsable de ONUSIDA, solicitaron a las delegaciones que la estrategia de "reducción de daños" se incluyera en el texto.
El Vaticano, en una declaración, indicó que la "así definida política de reducción de daños conlleva una liberalización de las drogas". Varias fuentes europeas consultadas aseguraron que la posición del Vaticano arrastró a Italia, criticada junto a Suecia por romper el frente común de la Unión Europea (UE) sobre drogas.
La posición de EEUU la definió una fuente como "esquizofrénica", ya que la política que ha vetado ya se aplica en varios de sus estados.
El texto, que no es vinculante, se adoptará el jueves en una reunión de alto nivel de dos días en la que participan todos los países de Naciones Unidas.
En él los países se comprometen a que "el objetivo final" de la estrategia para 2019 es "minimizar y eventualmente eliminar la disponibilidad y el uso de drogas ilícitas".
En 1998, en la declaración anterior, la ONU trató de lograr "un mundo libre de drogas", con "la eliminación o una reducción significativa del cultivo ilícito de coca, cannabis y opio en 2008", algo que no se ha logrado.
Una de las novedades con respecto a la anterior declaración reside en subrayar la prevalencia del respeto a los derechos humanos en la lucha contra las drogas, una de las peticiones expresas de las organizaciones no gubernamentales (ONG).
Los países también subrayan su preocupación por la "creciente violencia resultante de las actividades del crimen organizado involucrado en el tráfico de drogas".
Asimismo, reiteran su apoyo a las estrategias de reducción de la demanda y los cultivos alternativos como una vía para evitar el sembrado de drogas ilícitas.
Las ONG han criticado el resultado de las negociaciones como continuista con una política que han fracasado en los últimos 10 años, con sólo pequeñas mejoras.
"Se ha dado un pequeño paso cuando lo que se necesitaba era un auténtico salto", explicó a Efe Daniel Wolfe, director del programa de reducción de daños de la Open Society, de la Fundación Soros.
A pesar de reconocer un avance en la mención explícita a los derechos humanos en el documento, Wolfe criticó como una "utopía" la intención de eliminar el problema de las drogas, y abogó por tratar de buscar un enfoque más pragmático.
El "International Drug Policy Consortium", que reúne a decenas de ONG que tratan sobre el problema de las drogas, indicaron que se ha perdido una oportunidad para cambiar una estrategia que se considera fallida.
"Lamentablemente, las negociaciones han producido una débil e incoherente Declaración Política que pide más de lo mismo: estrategias ineficaces y a menudo contraproducentes, garantizando que esta oportunidad para el progreso -esta oportunidad para salvar miles de vidas- se perderá", criticaron las ONG. EFE