– ¿No considera que resulta un proyecto muy embarazoso, dadas las disímiles características de estos pueblos, tanto en su política como en su proyección social?
“Creo que es bueno hacer estas comparaciones, pues cuando vemos la prensa escrita, televisiva o escuchamos la radial, muchas gentes resaltan lo negativo, otros lo positivo en las diferentes cuestiones que mueven al país. Pero, cuando lo comparamos con otras naciones, aunque no sean muy afines, nos damos cuenta que estamos muy mal”.
“Aquí se está hablando del último reporte del Foro Económico Mundial: un estudio de 134 países, donde la República Dominicana ocupa el último lugar en término de educación primaria. A pesar de que el presidente del país fue a la cumbre que organizó, a decir que la educación era lo primero y como allí se decidió que los fondos son aún muy pocos, decidió aumentarle 4 mil millones de pesos”.
“¿En qué estamos? Todo el mundo sabe que esto se repite año tras año: la promesa de invertir en la educación. Fue, por ejemplo, lo que se dijo el año pasado y al final se lo dedicaron al Metro. Esto se va a poner en el papel y ya se inventará que fue necesario para la segunda línea o qué se yo…Duele pensar que seamos el último de los países en un estudio de 134 naciones”.
– ¿Otros aspectos que aborda su investigación?
“En la República Dominicana la cuestión de género forma parte esencial en este estudio, pues es verdaderamente crítica. La prensa publicó acerca de unos doscientos casos de mujeres asesinadas, de ellas 131 por esposos o ex novios. Esto quintuplica, por ejemplo, los ocurridos en Costa Rica, que tiene menos población, pero haciendo los cálculos, acontecen mucho menos y resulta un gran escándalo”.
“En Cuba acaecen menos crímenes de mujeres, al igual que en Puerto Rico. La sociedad dominicana anda muy mal en este renglón”.
-¿Qué tanto más beneficia dicho estudio entre estos países?
“Si sólo nos concentramos en un país, no es punto de referencia. Mire, si nos fijamos en los que tienen un metro, pues sólo San Juan y Santo Domingo cuentan con este servicio. Si se tiene en cuenta esto, puede considerarse que el país va pá lante”.
“En Cuba se iba a construir un metro y el llamado período especial lo dejó inconcluso. En Costa Rica, Figueres padre desmanteló el sistema ferroviario aduciendo que era ineficiente, para poner a trabajar ciertos medios de transporte en los cuales tenía participación monetaria. El actual gobierno decidió que tenía que retomar el ferrocarril y con apenas dos millones de dólares compraron a España cuatro locomotoras usadas que ya están llegando, para el empleo de una vía de 17 kilómetros, y esto fue con el reclamo de los viejos accesos y trenes también longevos, con los cuales solucionarán gran parte del transporte. Miren ustedes cuánto ha costado el metro de aquí, a qué precio social y humano”.
– ¿Pero, cómo explicar a las mayorías que las mega obras no son siempre reflejo de desarrollo o de impulso económico y social para la población?
“Es una cuestión de sentido común. Las pirámides están en Egipto. También las ciudades aztecas, mayas…España se convirtió en el más grande imperio del mundo con las colonias de América y luego llegó a ser el país más pobre de Europa, hasta hace unas tres décadas”.
“Lo grande no necesariamente es lo mejor, al contrario. La eficiencia debe definirse como aquello que nos lleva a obtener más de lo mejor con lo menos posible”.
– ¿Por qué decidió realizar esa investigación en estas cuatro naciones?
“Las elegí por varias razones. Políticamente, representan tres sistemas diferentes. Dos de ellos con variaciones en el mismo”.
“En la República Dominicana y Costa Rica existe lo que llaman Democracia Representativa: los electores eligen a sus presidentes, congresistas, etc. En Costa Rica no hay senado. Se ahorran mucho con esto.
¿Se imagina cuánto se economizaría aquí con el llamado ¨barrilito¨, copia burda que hicieron los puertorriqueños de los Estados Unidos, que no son más que fondos que los senadores y otros diputados allegan en sus respectivas jurisdicciones?
“En Costa Rica todo es más institucional. Tampoco pueden compararse los salarios. En Cuba es un sistema llamado socialista, donde las elecciones son indirectas y con un sólo partido. En Puerto Rico, aparentemente es un sistema representativo, pero ellos eligen a un gobernador, no a un presidente. O sea, tres sistemas distintos que permiten comparar cuál funciona mejor en determinadas áreas”.
-¿Ha arribado ya a conclusiones?
“No, aún son conceptos preestablecidos y esos no son criterios para una investigación objetiva; uno tiene que buscar qué funciona y que no, y dejar a un lado la parte subjetiva, hasta encontrar la verdad”.
-¿Cuánto le resta para concluir?
“Unos dos años, más o menos”.
– ¿Servirá este estudio para la República Dominicana, aún siendo estos pueblos tan diferentes?
“El libro no persigue convencer, sino que los lectores que tengan acceso a este estudio puedan comparar y ver cómo sistemas diferentes se basan en algunos aspectos afines. Por ejemplo, en Costa Rica, Puerto Rico y Cuba, la educación abarca casi el ciento por ciento de la población escolar. Aquí, en la República Dominicana, no podemos decir lo mismo”.
– ¿En la salud pública?
“El campo de la salud en nuestro país es pavoroso. Es que no depende de la construcción de hospitales, esto no resuelve el problema, aunque sea parte de la solución del problema. “La salud depende de agua potable, sanidad pública, nutrición, de la energía eléctrica; también de la educación individual, que permite establecer buenos hábitos e higiene”.
“Quiero, antes de concluir, decir que esta nación necesita volver a instaurar la escuela pública como democratización de la sociedad, sin dividir a una minoría en enseñanza privada y otros en la pública. Esto les separa en castas: los que tienen y los que no. ¡Y cuánto ganaría la economía familiar dominicana al no tener que pagar tan caro para educar a sus hijos!”.