Madrid.- Víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 que causaron en Madrid 191 muertos y casi 2.000 heridos expresaron hoy su indignación por la división entre los principales partidos políticos españoles ante los homenajes programados con motivo del quinto aniversario de la matanza.
"Es una pena y una vergüenza que una vez más los políticos hayan antepuesto sus intereses al apoyo a las víctimas", señaló la vicepresidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Ángeles Pedraza, que perdió a su hija en los atentados, en un acto celebrado hoy en la sede de la Comisión Europea en Madrid.
También quiso mostrar su "incomprensión" ante la actitud de la clase política la directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Cristina Cuesta, quien dijo: "No entiendo que no se haya hecho un homenaje compartido y que los políticos no hayan podido aparcar sus diferencias".
Ambas participaron hoy en un acto en la sede de la Comisión Europea en Madrid con motivo del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo que coincide con el quinto aniversario de los atentados del 11-M.
Pese a la gran cantidad de actos de homenaje convocados hoy en España en memoria de las víctimas de esos ataques, los dos principales partidos políticos españoles, el gubernamental Partido Socialista (PSOE) y el opositor Partido Popular (PP, conservador) escenificaron sus discrepancias políticas al no acudir conjuntamente a un acto programado en Madrid.
Los representantes socialistas no asistieron en protesta por el cierre de una comisión parlamentaria de investigación sobre una presunta trama de espionaje en la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP.
La "número dos" del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, calificó de "indignante y mezquino" la ausencia de los representantes socialistas de Madrid.
Para Roberto Dellaroca, presidente de la asociación italiana de víctimas del terrorismo, que participó en el acto celebrado en la sede europea, "La memoria de las víctimas ha desaparecido en el mayor de los olvidos".
El 11 de marzo de 2004, minutos después de las 07.30 de la mañana, cuatro trenes de cercanías se dirigían repletos de trabajadores y estudiantes a Madrid cuando 10 mochilas bomba explotaron entro de sus vagones causando la muerte a 191 personas y heridas a 1.841 en el mayor atentado en la historia de España.
Muchas de las víctimas eran inmigrantes, sobre todo originaros del Este de Europa, principalmente rumanos, y también marroquíes y de países de América Latina.
La sentencia del juicio que juzgó los ataques concluyó, como hecho probado, que los autores materiales de la matanza y los cooperadores eran "miembros de células o grupos terroristas de tipo yihadista". EFE