Aunque se habla de la disminución de los costos de producción en la mayoría de los productos de la canasta familiar en el país, aún esto no se refleja en los mercados y, como para no dejar lugar a dudas, el índice de Precios al Consumidor creció en febrero hasta un 0.31%.
En secretario de Agricultura, Salvador Jiménez, asegura no ser responsable del incremento de los precios del pollo y los huevos y admite que la situación que vive la población luego de las acciones de los fenómenos naturales y la crisis económica actual, es sumamente difícil.
Los días que corren mantienen a dominicanos y dominicanas en ascuas. Un frío inusual, manifestado, además, en brisas que penetran por todos los rincones retrotrae el tema del calentamiento global. Y, encima, se habla de que, económicamente, esta es la situación que los expertos valoran como la de peor crisis en más de medio siglo.
Especialistas condicionan la comparación a casos anteriores, en los cuales “las recesiones en una parte del mundo eran contrarrestadas por crecimiento en otros lugares, de manera que la economía mundial se seguía expandiendo. Pero en esta ocasión todas las grandes economías se desaceleraron simultáneamente”.
Aunque resulte increíble sostener esta afirmación, “los pobres”, se están volviendo “más pobres”, pues la disminución de la economía global, probablemente implique el aumento de la pobreza en muchas de las naciones que ya de por sí, existen en situaciones difíciles de supervivencia. El FMI y el Banco Mundial coinciden en asegurar que “la contracción de la producción global predice la disminución más aguda del comercio global en 80 años”.
También asegura el Banco Mundial que 94 de los 116 países en des arrollo andan en situaciones retrógradas en su crecimiento económico, en 43 de los cuales ya existían altos niveles de pobreza.
Dominicanas y dominicanos han escuchado al secretario de Economía, Juan Temístocles Montás decir que los efectos de la crisis económica internacional ya se sienten en el sector turístico, uno de sus principales fuentes de divisas; pero, que pese a la crisis, confía en mantener este año un crecimiento del 3 por ciento en la economía dominicana. Lo incoherente y paradójico es que, ni antes, ni ahora se ve el crecimiento donde más hace falta: en los hogares dominicanos.