Ciudad del Vaticano (EFE).- Benedicto XVI afirmó hoy que "ningún obispo está solo", durante su discurso a los miembros de la Conferencia Episcopal argentina, que está en el Vaticano en visita "ad limina", la que los obispos de cada país hacen cada cinco años al Papa.
El Papa afirmó que el obispo está "estrechamente unido a Cristo" y a sus "hermanos del episcopado", por lo que dijo a los representantes argentinos que cuentan con todo su apoyo, su oración diaria y su cercanía espiritual en sus fatigas.
Además, recomendó a la Conferencia Episcopal argentina que escuche las palabras de Dios, "que todos sean uno", para obtener inspiración en su actividad pastoral.
La visita de los obispos argentinos al Papa se produce poco después del escándalo surgido por la revocación de la excomunión a cuatro obispos lefebvrianos, entre ellos el polémico Richard Williamson, que ha negado el Holocausto judío.
Williamson residía en Argentina hasta el pasado febrero, país que abandonó tras recibir una amenaza de expulsión del Gobierno de Buenos Aires por sus polémicas declaraciones sobre el Holocausto
Benedicto XVI dijo "conocer bien" la voluntad de prestar una mayor atención a los presbíteros de los representantes de la Iglesia en Argentina, por lo que los animó a preocuparse de "su situación espiritual, intelectual y material", para que puedan "vivir santa y religiosamente" y puedan "realizar su ministerio con fidelidad y fruto".
El Papa exhortó a los obispos argentinos a que extremen la caridad y la prudencia cuando tenga que corregir enseñanzas, actitudes o comportamientos que desdicen de la condición sacerdotal de sus más estrechos colaboradores, ya que pueden dañar y confundir al fe y la vida cristiana de los fieles.
Dado "el papel fundamental" que desempañan los presbíteros, el Papa animó a "realizar un gran esfuerzo para promover las vocaciones sacerdotales" y a "ayudar a los jóvenes a responder con generosidad al llamado" que Dios les hace.
Bendicto XVI bendijo y despidió a la representación argentina deseándole que la Virgen María, "en su advocación de Nuestra Señora de Luján", la acompañe y proteja siempre, así como a sus fieles diocesanos.
La delegación estaba encabezada por el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.