Washington (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió hoy en la Casa Blanca a su par de EE.UU., Barack Obama, que entierre el hacha de guerra contra Venezuela, Cuba y Bolivia, evite el proteccionismo y establezca una nueva relación con América Latina.
Lula fue hoy el primer mandatario latinoamericano en pasar por la Casa Blanca desde que la ocupa Obama, quien se reunió con el presidente mexicano, Felipe Calderón, poco antes de jurar su cargo.
En el encuentro, que no aspiraba a lograr resultados específicos, sino un contacto entre los dos gobernantes más importantes del continente, Lula afirmó que reza más por Obama que por él mismo y que dados los problemas que le han caído encima nada más asumir el Gobierno, no le "gustaría estar en su lugar".
"Parece que has estado hablando con mi mujer", le respondió el presidente estadounidense.
La principal reclamación de Lula fue el peligro de un giro proteccionista en Washington, ya que su Gobierno se ha quejado de la inclusión en el paquete de estímulo en Estados Unidos de la cláusula "Buy American", que privilegia la compra de productos nacionales.
Obama dijo reconocer la importancia del comercio como motor económico y afirmó que el "objetivo debería ser por lo menos no ir para atrás" en la apertura comercial.
"Puede ser difícil para nosotros cerrar un montón de acuerdos comerciales en medio de una crisis económica", reconoció. Las energías renovables fueron otro asunto principal del encuentro y en esa área Obama admitió que EE.UU. "tiene mucho que aprender de Brasil".
Ambas naciones cuentan con un acuerdo para promover el biocombustible en terceros países, pero al mismo tiempo EE.UU. mantiene un arancel de 54 centavos por galón (3,8 litros) que grava la importación de etanol brasileño para proteger a sus productores.
Obama reconoció que ésa es una "fuente de tensión" entre ambos países, pero dijo que "no va a cambiar de la noche a la mañana".
Ambos mandatarios también acordaron crear un grupo de trabajo ministerial para coordinar sus propuestas de cara a la cumbre del G-20, que tendrá lugar el 2 de abril en Londres.
Lula pidió, en particular, que el grupo tome medidas para contrarrestar la salida del dinero de los mercados emergentes. "Si no hacemos que vuelva a fluir el crédito, la crisis puede agravarse", advirtió.
Como en el tema económico, en el terreno político Lula actuó en la reunión más como un portavoz de América Latina que como un defensor de los intereses particulares de Brasil.
"Estados Unidos debería tener un mirar de colaboración con América Latina, pero no de fiscal", dijo Lula en una rueda de prensa en la embajada de su país después del encuentro en la Casa Blanca.
"Lo que yo le dije al presidente Obama y lo que creo que va a ocurrir es que es necesario que haya una aproximación a Venezuela, Cuba y Bolivia", afirmó el mandatario brasileño.
Lula señaló que una buena ocasión para llevarla a cabo será la Cumbre de las Américas, que reunirá en Trinidad y Tobago a los jefes de estado de todo el continente a mediados de abril.
Esa demanda se encuadra en el deseo del Gobierno de Brasil de que "EE.UU. abandone esa noción de adversarios y amigos, y que acepte la diversidad de América Latina", dijo a Efe Peter Hakim, director del centro de estudios Diálogo Interamericano.
Lula señaló que EE.UU. no debería ocuparse de luchar contra las drogas en América Latina y que en su lugar los propios países de la región deberían tomar la iniciativa.
En ese sentido, afirmó que propondrá en la próxima reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) la creación de un consejo para el combate al narcotráfico.
Obama reveló en la Casa Blanca que al haberse criado en Hawai le parece muy importante ver las playas de Río de Janeiro y que "pronto" visitará Brasil.
"Sospecho que al partido Republicano le encantaría que yo viajara por el Amazonas y quizá que me perdiera allí", añadió.