Resulta que en Sacramento, California, “los servicios de salud básicos comienzan a ser interrumpidos para los indocumentados en momentos en que los gobiernos locales se ven obligados a hacerlo por falta de presupuesto”.
En la más poderosa nación del mundo, las mareas truenan y no precisamente a favor de los foráneos; particularmente, en el caso de lo indocumentados, el esencial servicio de la salud pública deberá recortarse en las distintas comunidades donde se encuentren: “Salvo en casos de emergencia”.
Y es cierto que el número de indocumentados crece indiscriminadamente y “más gobiernos locales se ven obligados a tomar decisiones similares”. Por ejemplo, se plantea que en el Condado de Contra Costa, cercano a Sacramento, llevan a cabo una votación a fin de determinar “si se cancelan los servicios para los 5.000 inmigrantes ilegales que atienden cada año”.
En la República Dominicana la situación con la salud es deplorable y aunque las autoridades expresan su preocupación por la masiva inmigración de haitianos que, en opinión general, “sobrepasa los límites de la nación y es inaguantable”; generalmente, las críticas que se lanzan ante determinadas actitudes, reciben furibundas diatribas, sobre todo de los países más desarrollados, aquellos que en los días de mediados del siglo XVIII, tenían en la hoy empobrecida Haití un vergel que les proveía de las más inimaginables necesidades y gustos.
Se habla de alrededor de un millón de haitianos, la mayoría en situación irregular, en la República Dominicana, cuya población alcanza los 9,1 millones de habitantes.
Según el Centro Pew de Estudios Hispánicos, “en Estados Unidos viven unos 11,9 millones de inmigrantes ilegales, y aproximadamente el 59% de ellos no cuentan con un seguro médico, lo que representa casi el 15% de los casi 47 millones de personas no aseguradas del país”.
Los términos de “crisis financiera” y sus estragos en los sistemas locales de salud, así como la pérdida de empleos son reiterados en los medios de prensa. Se plantea que “más de la mitad de los departamentos de salud locales de Estados Unidos despidieron o perdieron personal en 2008”, y se prevé un tercio de despidos para el actual año.
Allá se cierran clínicas y se producen despidos; aquí, sin apenas servicios médicos garantizados para la población dominicana, las penas se triplican y, encima, somos mucho más criticados…