Los Cacaos, San Cristóbal.- La Escuela Básica Marino Garabito, de este municipio, fue parcialmente destruida por las crecidas del río Maomita, cuando la tormenta Noel se hizo sentir en República Dominicana, a finales de octubre de 2007. Desde entonces, en esas ruinas vive una pareja de esposos con dos hijos pequeños.
Con el propósito de que no se perdiera el año escolar 2007-2008, Educación alquiló en RD$15.000 mensuales una vivienda, para alojar a los estudiantes, pero resulta que la casa también está ubicada en terrenos que pertenecen al río, los que este recupera hasta con nublarse.
La tensión y la preocupación de estudiantes y profesores no pueden ser mayores. Los días de lluvias no se imparten docencia, por las altas posibilidades de que el río crezca, y en otros casos son despachados desde que se nubla.
También las pequeñas habitaciones de la vivienda que sirven de aulas, se convierten en tinieblas desde que se origina un apagón, lo que ocurre diariamente y por varias horas, y si hay luz, entonces el voltaje es bajo.
Los estudiantes tienen prohibido moverse y están obligados a formar especie de un puño, por lo estrecho de los cursos. Allí se imparte docencia de quinto a octavo y de primero a cuarto de bachillerato, un aula por cada grado. Y es normal ver estudiantes en el área de la cocina.
La escuela tiene nueve maestros, dos conserjes y la directora es la profesora Altagracia Sorayda Díaz González, y quien mostró a los periodistas una segunda vivienda alquilada, más al centro de la localidad, donde funcionan otros dos terceros de bachillerato, por falta de espacio en la primera de las casas.
Después del río Maomita destruir la Escuela Básica Marino Garabito, de Los Cacaos, las autoridades dispusieron su construcción en unos terrenos en la zona céntrica, donde anteriormente operaba el destacamento policial. Sin embargo, a la fecha, su levantamiento no lleva ni el 10%.
El plantel se construye justo al lado de la Escuela Básica Marino Garabito Local 2, otro local prestado; donde funcionan los grados primarios, del primero al cuarto curso, pero con sus oficinas de dirección en la segunda casa alquilada, que comparte con los terceros de secundarias.
Díaz González, directora de la Escuela Básica Marino Garabito, atribuyó a negligencia del ingeniero, Víctor Ortiz, encargado de la obra; el considerable retraso que presenta la construcción del centro escolar.
“Inexplicablemente la paran, después la siguen. Dijeron que estaría en tres meses, y lleva siete paralizada. El secretario de Educación, Melanio Paredes, la prometió para dentro de los primeros 90 días de su gestión, pero todavía esperamos por ella”, precisó.
La profesora fue enfática en enumerar las precariedades dentro de las cuales trabajan, “con los estudiantes uno encima del otro, a oscuras permanentemente y expuestos a que nos lleve el río. Imagínate, cuando comienza a llover nos asustamos todos”.
Díaz González añadió que el supervisor del Distrito Escolar correspondiente le ha estado dando seguimiento a la situación, y de quien supone mantiene enteradas a las autoridades, pero entiende que la solución no está en sus manos.
Manifestó que estudiantes y profesores, en la casa que ocupan, están a merced de las lluvias y fenómenos atmosféricos de mayor intensidad. “Allí fue un derrumbe de tierra, aquí es el río que entra cuando quiere, la última vez, no se llevó los mobiliarios, porque estaban asegurados”.
Asimismo, dijo que inexplicablemente el ingeniero Víctor Ortiz, encargado de construir la escuela, apenas tiene contratados dos o tres obreros, lo que pudo comprobar DominicanosHoy.com en visita a los terrenos.
Díaz González no descarta que a Melanio Paredes, secretario de Educación, lo tengan engañado con la realidad de la enseñanza en Los Cacaos. Asegura que para el funcionario los trabajos de construcción de la escuela van más avanzados.
Por su parte, el cura párroco Luís José pidió a las autoridades de Educación que visiten Los Cacaos, de San Cristóbal, para que asuman personalmente la situación, por entender que a los estudiantes no se les puede pedir más.
Otros dos trabajos completan una serie de tres, que describen la situación de esta olvidada comunidad. Dele seguimiento.