Redacción Internacional.- La familia es una de las obsesiones del director francés Arnaud Desplechin y en "Un cuento de Navidad" lleva a su extremo la representación de una tragicomedia en la que las filias y fobias familiares dan lugar a risas y llantos a partes iguales.
Y lo hace a través de un engranaje perfecto en el que un amplio y estupendo reparto coral -que cuenta con Catherine Deneuve y su hija, Chiara Mastroianni- da vida a unos personajes hábilmente estereotipados que responden a los caminos marcados por un guión en el que todo es claro y confuso al mismo tiempo.
La historia tiene un planteamiento muy claro: una familia que se reúne para pasar la Navidad tras bastante tiempo en el que los problemas entre algunos de sus miembros impedía ese encuentro.
Igual de claras son las tensiones entre Junon, la matriarca (Deneuve) con el resto de la familia y, en especial, con su hijo Henri (Mathieu Amalric), a quien culpa de la muerte de su hermano mayor por no haber nacido a tiempo para poder donarle su médula ósea y salvarle así de una extraña enfermedad genética.
Enfermedad que ahora padece también la madre y que es la razón de haberlos reunido a todos en Navidad: hacerse las pruebas de compatibilidad para ver quién es el mejor donante posible para ella.
A través de unos ácidos y precisos diálogos se van descubriendo las rencillas antiguas que minan las relaciones de la familia y que hacen que cada uno de sus miembros simule y esconda sus verdaderos sentimientos al resto.
Ahí entra en juego la confusión. Las reacciones de cada uno de los personajes responden a razones que el espectador va descubriendo poco a poco.
El origen de las tendencias suicidas del nieto mayor de la familia. El odio o mejor, la falta de amor, de la madre por su hijo Henri. La aparente frialdad de la primogénita, Elizabeth (Anne Cosigny) o el débil y dubitativo carácter de Sylvia (Mastroianni), la esposa del benjamín, Iván (Melvin Poupaud).
Todo ello narrado con pulso por Desplechin, que utiliza el, en ocasiones, angustioso aislamiento de la casa familiar como un elemento más de una historia trazada con solvencia y con una técnica depurada, de movimientos de cámara sencillos, fotografía brillante y montaje perfecto.
El filme está dividido en capítulos que se inician con una imagen de ojo de buey sobre uno de los personajes y que se agranda hasta llenar la pantalla, una estructura copiada de las películas cómicas mudas que permite quitar hierro a los dramas de la familia.
Algunos toques surrealistas y un tono duramente cómico remarcado por su estructura folletinesca ayudan a crear una historia muy francesa, que desborda palabras y oculta los sentimientos y las emociones.
"Un cuento de Navidad", que pasó con buenas críticas por Cannes y consiguió seis nominaciones a los César franceses -sólo obtuvo el de mejor secundario para Jean-Paul Roussillon, que interpreta al patriarca- llega a las pantallas españolas mañana y en abril se estrenará en Argentina. EFE