Estamos plenamente convencidos de que para combatir el consumo y uso indebido de drogas, hay que hacer incidencia en dos escenarios estratégicos que son la familia y la comunidad.
La orientación por medio de charlas, seminarios, talleres, foros abiertos, conversatorios y la realización de competencias deportivas y actividades que ayuden al joven en su tiempo libre de productividad a vincularse a tareas de cuerpo y mente.
Nos gustó una grandiosa actividad que organizó y montó el pasado 21 de marzo, en uno de los barrios de la parte alta del Distrito, la Dirección Nacional de Control de Drogas, a través de su Programa de Orientación Comunitaria, que dirige el reconocido deportista Cucho Abreu, denominado “Maratón de la salud, en Contra de las Drogas”, la cual se llevó a efecto en el barrio 27 de Febrero, concitando la atención de los munícipes del sector y que contó con el apoyo de cientos de personas, en su mayoría jóvenes y atletas, que provenientes de diferentes barrios participaron de la competencia.
El presidente de la DNCD, mayor general Gilberto Santiago Delgado Valdez, estuvo al frente del evento, dando el banderazo de salida para que los jóvenes competidores recorrieran los sectores 27 de Febrero, Guachupita, Guandules, Gualey, Espaillat, María Auxiliadora, Luperón y otros, a cuyos ganadores se les entregó premios de estímulos en efectivo.
El Jefe de la DNCD, Gilberto Delgado es un gran conocedor de la realidad de nuestros barrios. Este joven militar y profesional de carrera desarrolló sus cualidades juveniles en el barrio 27 de Febrero; por eso, en el marco de la actividad se le observó sonriente, compartiendo con jóvenes y adultos que le conocieron en sus años de infancia.
Recordamos al PROPUID (Programa Preventivo sobre el Uso Indebido de Drogas) y el POC (Programa de Orientación Comunitaria), ambos espacios compuestos por organizaciones de la sociedad civil, pero dirigidos desde la DNCD con una visión integradora y participativa.
Es de ahí que entendamos que tanto la familia, las escuela, las organizaciones comunitarias y las instituciones que muestren sensibilidad ante el terrible problema que representan las drogas, deben mancomunar los esfuerzos y lanzar una embestida, con un amplio programa de orientación y capacitación, mediante el empoderamiento y realización de actividades integradoras de jóvenes y adolescentes, residentes en zonas vulnerables y proclives al uso y consumo de drogas.