San Juan.- Un jurado exoneró este viernes a tres agentes policiales puertorriqueños de los cargos civiles que se les imputaban por la golpiza que sufrió un infante de marina estadounidense nacido en República Dominicana, durante un juego de béisbol entre los dos rivales caribeños.
El sargento Yonatta Crispín dijo que los agentes lo golpearon con bastones de metal y lo insultaron con términos racistas. Aseguró que el único acto de "provocación" en el que incurrió fue usar una gorra con la bandera dominicana durante el juego del 2007 contra Puerto Rico.
Pero el jurado rechazó los argumentos de que los agentes se excedieron en el uso de la fuerza.
Michael Corona, abogado de los agentes, dijo que Crispín estaba "ebrio" y se mostró "agresivo", por lo que debió ser sacado del estadio. Corona negó que el asunto haya tenido relación alguna con la nacionalidad del infante de marina.
El juicio de siete días sacó a relucir los viejos reclamos sobre abusos policiales a los dominicanos, acusaciones hechas frecuentemente por inmigrantes indocumentados que realizan trabajos de baja remuneración en este estado libre asociado de Estados Unidos.
Crispín, de 32 años, fue combatiente en Irak y nació en República Dominicana. Tras el juicio, consideró que el veredicto fue una derrota para los dominicanos, pues la policía se sentirá con más derecho de agredirlos impunemente.
Los hechos ocurrieron en las últimas entradas de un duelo de la Serie del Caribe, disputado el 4 de febrero del 2007, cuando el equipo dominicano se enfilaba ya a un triunfo sencillo por 12-0.
Algunos en la multitud de más de 20.000 espectadores lanzaron botellas de cerveza y rosetas de maíz a la policía. Los agentes respondieron a una queja sobre la conducta de algunos espectadores en una sección del estadio Roberto Clemente en Carolina, a las afueras de San Juan, y confrontaron a un amigo de Crispín, antes de ordenarles a ambos que abandonaran el inmueble.
Según el dominicano-estadounidense, mientras la policía lo sacaba del parque, levantó sus brazos en señal de protesta, y gritó que era un infante de marina. Pero los agentes dijeron que Crispín, de 1,96 metro de estatura, comenzó una pelea.
Dado que había numerosos aficionados que lo rodeaban, los abogados defensores dijeron que los policías hicieron lo correcto para controlar la situación. Mirtha de Moya, funcionaria del consulado dominicano, quien asistió al juego, testificó que trató de intervenir mientras los agentes golpeaban a Crispín. Relató que uno de los agentes le dijo: "La policía es peor en su país".
Los tres acusados, el teniente Johnny Cruz González, el sargento Luis Díaz Ruiz y la agente Karimar Peraza Salgado, fueron exonerados de los cargos de usar fuerza excesiva y de complot para encubrir sus actos mediante la presentación de reportes policiales falsos, así como de mentir a los investigadores.
Crispín debió recibir nueve puntos de sutura por una herida en la cabeza. Negó haber estado ebrio. La policía lo arrestó en una instalación militar días después del hecho por agresión, pero esos cargos fueron desechados en una corte local.